Por todo lo expuesto se exige que se detenga la obra, se abandone y se adopten las medidas legales para que no se realice nada más, derogando todas las disposiciones que ordenaban" que se ejecutasen las obras del trasvase de agua desde los embalses de Portaje y Gabriel y Galán hasta el del Guadiloba. Esta es la solicitud que se hace al presidente de la Confederación del Tajo, Miguel Antolín, en la alegación que la Plataforma Contra el Trasvase del Abastecimiento de Agua presentará hoy en la Subdelegación del Gobierno. A esta reclamación se suma la alegación del ingeniero Ramón Pavón, miembro de la plataforma, y el millar de firmas recogidas la semana pasada en las mesas instaladas en Primo de Rivera y en San Juan y que respaldan el contenido de ambas.

En la alegación de la plataforma, que se presenta al proyecto de obras complementarias para el trasvase, se duda de que esta conducción sea viable, se recuerdan los problemas que han surgido para salvar los cauces de los ríos Tajo y Almonte y se solicita que se analice por qué una obra que se sacó a concurso en 2007 ha sufrido dos cambios, por importe de 20 millones, que alteraron el proyecto inicial.

En la alegación de Pavón se advierte del coste de las obras, que ya supera los 60 millones, y de la repercusión que tendrá en la factura que abonan los cacereños, también se plantea como alternativa que se mantenga el actual trasvase desde el río Almonte, en la cola del pantano de Alcántara, hasta el Guadiloba para abastecer a la ciudad, pero variando el contrato de concesión que se tiene con Iberdrola, empresa que explota el embalse de Alcántara.

El Ministerio de Medio Ambiente apostó en el verano de 2005 por el trasvase de Portaje para garantizar el futuro abastecimiento de agua a Cáceres. La obra se completa con una segunda conducción desde el canal de riego del Alagón, conectado a su vez con el embalse de Gabriel y Galán. Medio Ambiente informó en octubre de que la obra está al 75% y que no era aconsejable abandonar esta actuación.