La noche antes de encontrarla soñó con un cuadro de Eugenia de Montijo, así que cuando Francis Acedo se despertó y vio a las puertas de su casa de Isla Antilla a este sabueso de Baviera malherido tras una brutal paliza no dudó en bautizarla como Eugenia.

De color negro y con una estrella blanca en el pecho, Eugenia no se ha separado desde entonces de su amo. "Es buenísima, cariñosa, fiel, leal, sumisa. Me adora, soy el centro de su universo. En casa está de maravilla, como una reina", asegura. El animal tiene pasaporte --"donde yo voy va ella", dice el dramaturgo-- y es "una debilidad" para su dueño.

¿Qué opina de los incívicos? "La gente es de un guarro que no hay quien lo soporte", zanja Francis Acedo al hablar de quienes no respetan las normas de tenencia de animales. "Si tienes un perro, tienes que hacerte responsable", aunque a veces te topes con la incomprensión social: "Hay gente que cuando te ven recogiendo los excrementos te echan la bronca por aquéllos que no los recogen, es como el cura que echa la bronca a los que van a misa por los que no van nunca".