Con cinco hijos --sólo tres viven con ella-- y un sueldo inestable de limpiadora por horas, María José Carrasco --en la foto, a la derecha junto a una amiga--, de 38 años, hace cábalas cada mes para afrontar los 240 euros que de media ha venido pagando de alquiler y mantener en pie a la familia. Solicitó hace ocho años las viviendas sociales del Nuevo Cáceres, pero se quedó a las puertas de conseguir una de ellas, todavía había quien las necesitaba más. Ahora es su oportunidad. Le ha tocado un 1º C de tres dormitorios o, como ella dice, "la lotería de Navidad".

Actualmente vive en Pinilla, también de alquiler. Ha recibido algunas ayudas públicas para pagar la mensualidad, aunque no siempre, por eso la espera de este momento ha sido, dice, "demasiado larga". "Es muy duro vivir en estas condiciones y ahora es como si se me hubiera cumplido un sueño de repente". En el nuevo piso de La Mejostilla, al que se mudará con sus tres hijos de 18, 15 y 10 años --los otros dos no viven con ella--, tendrá que pagar también mensualmente un tipo de alquiler, una pequeña cantidad según sus ingresos, pero sabe que algún día podrá ser suyo.