Nacido en Villanueva de la Vera en 1939, casado, tres hijos, capitán de la Guardia Civil jubilado y presidente de La Madrila, Miguel Salazar lleva poco más de un mes al frente de la Agrupación de Asociaciones de Vecinos de Cáceres, que aglutina a las 35 barriadas, tras obtener mayoría absoluta en las urnas.

¿Su primer mes?

--Me siento más satisfecho de lo que esperaba porque las cosas están saliendo bien. La directiva funciona y en general aprecio más colaboración.

Es evidente que la agrupación, creada en el 2000, tiene divisiones. Usted dijo que se iría si no funciona...

--Decidí presentar mi candidatura porque la agrupación costó muchísimos esfuerzos, más de un año de negociaciones. Nadie quería relevar a Raimundo Medina y no podíamos dejar que esto se fuera al garete. Con el mismo ánimo dejé claro que si no lográbamos la unión de las asociaciones, si siguen las voces discordantes, si esto no avanza en seis meses, me iré. Necesito el apoyo de todos y también del ayuntamiento. Vengo a trabajar, no a recibir golpes en vano. Otra cosa es la crítica, me gusta y la acepto.

¿Qué fuerza pueden tener los vecinos?

--La de la razón, y con ella podemos lograr cosas lógicas, como el cumplimiento de las normas y las prestaciones necesarias para el ciudadano. No pedimos nada anormal. La agrupación apoyará las solicitudes de cada asociación. Me reuniré con todas lo antes posible.

Aseguró que apostaría por el diálogo con las instituciones.

--No sé si tendrá o no efecto, pero lo intentaremos. Salí convencido de presentar mi candidatura tras reunirme con Saponi en septiembre. Le expuse mis ideas y dijo que las apoyaría. Espero que se haga realidad, no me gustaría equivocarme.

¿Tiene alguna preferencia en el ámbito político?

--No. Me considero liberal con barniz conservador. Tengo amigos de todos los signos y nunca los he perdido. Me siento orgulloso de ello.

¿Cuáles son las barriadas con más necesidades?

--Depende de la carencia. La parte norte de Aldea Moret, el Marco, La Madrila por sus problemas de ruidos o nuevas zonas como La Mejostilla, que necesitan más prestaciones.

Sufre el ruido de cerca, le crispa... ¿Hay soluciones?

--La ciudad precisa una ordenanza municipal contra el ruido, actualizada y válida para diez años como mínimo. Ahora sólo contamos con una normativa de cuatro folios.

¿Nunca se ha tomado una copa en La Madrila?

--Claro que sí, aunque no en Albatros. Algunos hosteleros me han invitado y lo agradezco, pero no sería correcto que yo estuviera de madrugada. Soy alegre, el más divertido en mi juventud. No voy contra la movida, pero se viola el derecho al descanso.