Luis Pastor, poeta y cantautor cacereño (Berzocana, 1952), está considerado como uno de los artistas con una trayectoria más larga y comprometida del panorama musical español. En 2003 fue galardonado con la Medalla de Extremadura. La familia de este músico fue una más de aquéllas que en la Extremadura de los años 60 tuvieron que marcharse a Madrid, en su caso a Vallecas. Actualmente prepara la salida de dos libros. El primero, en octubre, será una obra de letras de canciones con la editorial Akal. El segundo estará en Navidades, ‘Mis memorias en versos’, de la editorial Capitán Swing.

--¿Todo en sus discos y en sus libros es autobiográfico o hay algo de ficción?

--No me guardo nada en el tintero. Hay poesía que describe la realidad y tiene la capacidad de destripar sentimientos, cada verso es una flecha, una espada, y por eso siento la necesidad de contar en este libro la historia de España desde la mirada de los cantautores. Entre los años 1950 y 1979 daba igual que fueras extremeño, andaluz o gallego, en realidad la gran mayoría éramos pobres campesinos y nuestra única vía de escape para subsistir era emigrar a otros puntos geográficos del país.

--¿Se siente como un caballo de Troya dentro del sistema?

--Me siento como una mosca cojonera (risas). La cultura popular de un tiempo tiene que ver con los procesos sociales en esos momentos. Aunque no los combatan, los reflejan. Pero la clase política que nos gobierna corta las alas a la sociedad a la hora de poder emocionarse con un poema, de ser más solidario y generoso con los demás.

--¿El proceso creativo de Luis Pastor tiene algo de peculiar?

--Soy una persona que no tiene estudios, todo lo he aprendido en la universidad de la vida. En ese proceso de aprendizaje, destacaría la capacidad que tenemos todos los seres humanos si nos dan la oportunidad a nivel social, cultural y de nuestro propio entorno de poder superarnos a nosotros mismo constantemente. Para mí componer canciones sirve para hacer autocrítica de momentos felices y desgarradores.

--¿Se está simplificando el amor o se está simplificando la poesía?

--Hay una nueva generación de jóvenes poetas y cantautores críticos y comprometidos con la causa. Estos sucesos poéticos son una ventana para que los chavales se aficionen a la lectura originando un impacto duradero y positivo en su desarrollo personal.

--¿Qué le ha enseñado cada ‘no’ que ha recibido en la vida?

--Me han enseñado la energía que tengo como ser humano y que si perseveras y crees en un sueño encontrarás el cómo. Vivimos en un mundo donde queremos las cosas hechas y hay que ir a buscarlas muchas veces, porque esto nos da el verdadero valor que tenemos como personas.

--¿Cuáles son las postales que le devuelven a su infancia?

--Hay muchas. Postales de ternura, cariño, tiernas, amorosas más allá de la pobreza, la niñez es felicidad dice uno de mis versos. Y es verdad, si tiras de la cuerda las campanas tocarán recuerdos de alegría de aquella vida tan perra, y por más que hubiera penuria, en realidad siempre teníamos pintada una sonrisa en la boca en aquella maravillosa tierra, llamada Extremadura.