Cáceres tiene medio centenar de edificios de interés que no están incluidos en el catálogo del Plan Especial de Protección y Revitalización del Patrimonio Arquitectónico, como la Escuela de Magisterio, el Gobierno Civil, el seminario o el Banco de España. Fueron levantados en las décadas de los 30, 40 y 50, y es precisamente su relativa juventud la que les ha privado hasta ahora de esta cobertura. Sin embargo, expertos en arte creen que ha llegado el momento de protegerlos para evitar derribos como el del Hotel Extremadura, en el 2000, o el del edificio de la esquina de Cánovas y San Pedro de Alcántara, este año.

En la década de los 30 se abandonó el sentido decorativo del modernismo y el eclecticismo, y comenzó un estilo geométrico, más sobrio. "Se trata de una arquitectura menos atractiva, pero de gran interés histórico-artístico en la región, donde hay pocos ejemplos", explica Francisco Javier Pizarro, académico de Extremadura y profesor de Historia del Arte en la Uex. Estos edificios se levantaron en distintos puntos de la ciudad y fueron obra de arquitectos tan conocidos como Francisco Calvo o Angel Pérez.

EL CINE NORBA Entre los ejemplos citados por Pizarro se encuentran inmuebles de la envergadura del Gobierno Civil (1934) o el cine Norba (1934), hoy desaparecido. El historiador José Manuel Martín Cisneros aún recuerda las entradas a peseta, las sesiones infantiles y los estrenos. El más sonado fue Gilda , censurado incluso desde los púlpitos. "La sala se llenó, pero nadie reconoció haber entrado", señala.

También destaca la Escuela Normal de Magisterio, levantada entre 1932 y 1935 y convertida pronto en hospital de guerra. "Hasta Cáceres llegaban trenes cargados de heridos. El seminario viejo de Galarza, el convento de los Jesuitas y el palacio de la Generala también funcionaron como hospitales", indica Cisneros. La escuela recuperó su función docente, pero hoy está cerrada a la espera de otro uso y ha sufrido presiones especulativas.

La relación de edificios continúa, según Pizarro, con el sanatorio Santa Ana en Primo de Rivera (1935), los hoteles Jamec y Alvarez en la calle Moret (el primero ya no existe), el edificio de Cotallo esquina con Parras (1937) y algunos inmuebles en Cánovas: esquina con Primo de Rivera (derruido), esquina con Clemente Sánchez Ramos (1939) y la Casa de los Picos (1939).

La lista aumenta con las construcciones de los años 40 y 50, como los números 8 y 22 de avenida Virgen de la Montaña, los números 4 y 6 de la misma calle (obra de Angel Pérez, hoy demolidos), el desaparecido matadero de San Blas (años 50), el Banco de España, el Hotel Extremadura (único alojamiento de caché durante muchos años, que salió incluso en películas como La cuarta caravela ), la Casa Sindical (calle Obispo Segura Sáez) y el Seminario Diocesano. Este último, de gran empaque, fue levantado por el obispo Llopis con numerosas ayudas y cuestación popular.

Pizarro recuerda que ninguno de estos edificios tiene una protección específica, sólo genérica en el caso de los situados en la zona del Plan Especial. "El catálogo parece obsoleto y sería interesante revisarlo", indica.