Más de medio centenar de personas se sumaron ayer a un acto de recuerdo de quienes murieron fusilados en las inmediaciones del cuartel Infanta Isabel entre el 25 de diciembre de 1937 y el 20 de enero de 1938, entre ellas el que fuera alcalde republicano de Cáceres Antonio Canales. El acto, convocado por el grupo municipal del PSOE, se desarrolló en la zona del cementerio en la que se encuentra la fosa común donde fueron enterrados los represaliados, y donde ahora se levanta un espacio que se pretende que sea de recuerdo permanente de todos los desaparecidos.

En el transcurso del acto la alcaldesa y secretaria local del PSOE, Carmen Heras, y el hijo de una de las víctimas, Alberto Barrado, depositaron un ramo de rosas rojas sobre la placa que reza Aquí yacen los restos de las víctimas de la Guerra Civil 1936-1939 , en la que había colocada una bandera republicana y un poema, A mi abuela Cristina , en el que se recuerda a otra víctima: "Llevo tu nombre en mis genes/ y en mil lágrimas contenidas/ tu historia/ tan corta en días/ vivirá/ por mí/ muchas vidas...".

Heras señaló que el acto de ayer venía motivado porque "un gesto que dice más que todas las palabras", y que en él se trataba de recordar y homenajear a quienes murieron "en defensa de sus ideales". "Es bueno no olvidar para no repetir, porque lo que pasó puede volver a repetirse", apostilló. La secretaria local socialista tuvo además palabras de recuerdo para el alcalde Canales, y señaló que "el gobierno municipal no olvida".

FAMILIARES Al homenaje se sumaron, el subdelegado del gobierno, Fernando Solís, el presidente de la diputación, Juan Andrés Tovar, y varios concejales del equipo de gobierno; además de integrantes de colectivos de la memoria histórica y familiares de desaparecidos en la Guerra Civil. Entre ellos Alberto Barrado López, quien leyó una nota escrita para su padre, en la que apelaba a la inmortalidad como recuerdo en el tiempo y a la dignidad de dar la vida por unos ideales. En declaraciones a este diario explicó que su padre, Angel Barrado Tejeda, que era periodista, fue fusilado un 25 de diciembre de 1937, el mismo día que el entonces alcalde Antonio Canales. "El parte de defunción decía que murió por causas desconocidas y no dejaba ninguna familia", señaló mostrando el documento.

La realidad, según contó su hijo, es que dejaba a tres niños y una viuda sin medios para subsistir. Alberto Barrado, que ahora tiene 76 años, tenía entonces cuatro. "Quién le iba a decir a mi padre o a Antonio Canales, que 70 años después se iban a acordar de ellos"

Paula Tejeda, de Arroyo de la Luz, también recordó cómo acudía con su madre y su hermana al cementerio cuando era niña para lanzar claveles rojos sobre la zona de la fosa común. Eran los años 60 y tenía 12 años. "Lo que hacíamos estaba prohibido, pero mi madre se ocupaba de vigilar y nosotras nos aupábamos para lanzar los claveles", recordó. "Es una satisfacción poder venir ahora a dejar claveles sin necesidad de hacerlo a escondidas", señaló.