Mercedes Marcos y su hija Carmen Gordillo llegaron hace 22 años al bloque C de la calle Ródano. Fueron de las primeras vecinas en el edificio y testigos del deterioro que ha venido sufriendo hasta convertirse en un lugar inhabitable. Con una niña de 2 años, madre soltera y sin trabajo, Carmen dice que no sabe adónde irá si le obligan a abandonar el piso. Reconoce que está en situación ilegal y asegura que la semana pasada le pidieron desde el ayuntamiento que fuera recogiendo sus cosas porque tenía que dejar la casa. "Les dije que si me daban otro piso no me iba a negar a pagar, pero que me sacaran de donde estoy metida ahora", explica la joven, de 22 años. "Lo que no puedo hacer es irme a la calle sola y con una hija", insiste.

Mercedes lo tiene más claro. Está dispuesta a dejar la otra vivienda del bloque en la que vive con su marido, un hijo y una nieta siempre que el ayuntamiento le dé otra casa. Si no lo consigue, asegura que se irá a una caravana para enganchar la luz y coger el agua del bloque.

Madre e hija recuerdan que en el edificio se vivía muy bien, pero dicen que ahora "hay muchísimas ratas y muchísima mierda". Denuncian que se han metido toxicómanos y hay peleas. A partir de las ocho, los rellanos se quedan a oscuras. "No nos pueden echar de aquí porque somos personas", concluyen.