Acuex tiene tantas historias como consumidores han pasado por su oficina. Uno de ellos, P. C., decidió pedir ayuda después de varias semanas con un problema habitual: su móvil. El aparato, adquirido en una gran superficie, no funcionaba adecuadamente y el establecimiento le derivaba a la compañía telefónica.

Acuex le remitió de nuevo al hiper, responsable del arreglo gratuito al estar en garantía, y le aconsejó que pidiera otro móvil mientras se reparaba. Pero la dependienta daba largas a P. C. con distintas excusas. Finalmente, tras meses de espera, pidió la hoja de reclamaciones y al instante se acabaron los problemas. Su hijo solventó un asunto similar en pocos días al conocer la mejor dinámica.