TAtprendió a amar la naturaleza de la mano de su padre. Toda una vida comprometido con la ingeniería, el medio ambiente y el ecologismo. Su currículo lo avala, entre otros: Doctor Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, Presidente de Adenex, delegado de Renfe en Extremadura, decano del Colegio de Ingenieros de Caminos de Extremadura y Medalla de Honor del Nacional, Presidente del Patronato de Monfragüe, experto en impacto ambiental de la ingeniería, Premio Nacional de Medio Ambiente, presidente de la Comisión de Medio Ambiente del Consejo Europeo de Ingenieros Civiles, académico correspondiente de la Real Academia de Medicina de Zaragoza... Es amante de la fotografía, familiar, sencillo, apasionado, implicado, inquieto, gran conversador, le gustaría que el conocimiento estuviese por encima de la demagogia, una maravillosa persona- Ha sido todo un placer Santiago.

--¿Dónde nace y algún recuerdo?

--El mayor de cuatro hermanos, nací y me bauticé en la Plaza de Santiago, donde también lo hicieron mis dos hijos, Santiago y Moisés y mi nieto Santi. Me crié en la plazuela de Santiago, jugaba a los bolindres y a las chapas. Teníamos en el alto de la casa un palomar con muchas palomas, un perro y un gato. Viví allí hasta los catorce años y le tengo un gran cariño. Los barrios por aquel entonces tenían su propia identidad, nos conocíamos todos. La vida se desarrollaba debajo del árbol gordo, que hoy en día no está (hace poco descubrí que se quemó hace años). Estudié en el colegio de las Carmelitas, que por entonces estaba en la Parte Antigua y donde hice la comunión con mi hermana. Después pasé al San Antonio de Padua, donde junto a mis hermanos finalicé mis estudios hasta pasar a la Universidad. Desde muy pequeño acompañaba al campo a mi padre, ya que era cazador y eso despertó en mí una gran pasión por el medio ambiente. El me enseñaba los pájaros y me hablaba de ellos. Cuando me compré la primera guía de aves, descubrí que conocía muchas de ellas, con la particularidad de que mi padre las llamaba con los nombres populares.

--¿Un rincón de su ciudad?

--Particularmente la Plaza de Santiago y el Cerro de la Butrera, un alto situado en la Ronda Puente de Vadillo, el cuál divisaba desde mi casa y me encantaba ver como se movían los campos plantados de cereales vencidos por el viento, llegando a parecer un mar de olas verdes.

--¿Un lugar dónde desconectar y recargar pilas?

--Me encanta Sierra de Gata, Hurdes, Villuercas, Monfragüe. En Extremadura puedes elegir cualquier rincón al azar y te encontrarás un sitio maravilloso como no hay otro igual en el mundo. Hay una diversidad impresionante de fauna y vegetación, superior a cualquier otra comunidad.

--¿Qué mejoraría en Cáceres?

--Muchas cosas, pero en especial algo que me llama mucho la atención son los ruidos. Hay una ley de ruidos que no se cumple: Motos, sirenas, coches, altavoces... El ruido por encima de los decibelios permitidos trae graves consecuencias no sólo en el oído sino en el carácter y en la salud.

--¿Cómo se hace uno ecologista?

--Por casualidad, por el entorno, la familia, los amigos, el barrio- En mi caso fue gracias a mi padre, me enseñó a respetar los ciclos de la naturaleza. Lo primero que hace un ecologista es respetar todas las formas de vida, todos los procesos que hay en la naturaleza e interferir lo menos posible.

--¿Qué objetivos tiene?

--Que la mayor parte de la gente respete los procesos ecológicos. Si interrumpes un proceso haces daño a algo. Si pones un foco de noche en el campo, iluminando la sierra, buena parte de los insectos irán hacia él incluso se quemarán allí, pero cambiará la distribución de las especies perjudicando a los insectívoros.

--¿Con qué actividades intentan alcanzarlos?

--Hay que concienciar desde las escuelas, educar desde la base. Enseñar la naturaleza; porque cuando uno conoce algo lo cuida, lo protege, lo respeta y nos falta mucho todavía por aprender.

--¿Qué respuestas encuentra en Extremadura, tanto de los ciudadanos como de las instituciones?

--Los intereses económicos van modificando calificativos sin sentido, hace poco que todo era ecológico, hasta los coches, pero actualmente prefieren decir que son sostenibles hasta los autobuses. Eso es absurdo y además te lo venden más caro. Es muy fácil: para que algo sea realmente "más" ecológico, y sostenible, tiene que tener una huella ecológica más pequeña. Cada uno tenemos una huella ecológica. En algún lugar del mundo tiene que haber unas hectáreas de terreno para suministrarnos lo necesario para vivir. Si te compras abrigo de lana, en algún lugar tiene que haber un espacio para que el borrego crezca, en otro sitio tiene que haber energía para que se fabrique, para que se construya... Si alguien quiere ser ecológico tiene que reducir su huella, consumir menos energía, que el consumo de combustible sea más bajo..., y no interesa "Al Sistema" porque gastaríamos menos luz, compraríamos menos bombillas...

--¿El extremeño recicla, estamos concienciados?

--Hay quien recicla todo hasta el extremo y otros que no lo hacen, no tienen conciencia de ello y no lo harán nunca. Creo Extremadura tiene un porcentaje alto de ecologistas.

--¿Es irreversible el cambio climático?

--Lleva camino de serlo, pues creo que es imposible convencer a todos los países del mundo, que sean sostenibles. Se firman los convenios y después cada país sigue haciendo lo mismo. Si no se ponen de acuerdo cuatro partidos para formar un gobierno, ¿cómo se van a poner de acuerdo tantos países en reducir el consumo de energía? El hombre es el último experimento de la evolución y no está claro que funcione.

--¿Qué sectores económicos que lo hacen irreversible deberían decrecer?

--La huella ecológica es individual y cada uno puede reducirla individualmente. Si "El Sistema" decide por nosotros, prosperará el Sistema a costa de los humanos y de la biosfera.

--¿Cuál es el mayor peligro ecológico que tiene Extremadura, teniendo en cuenta que no hay mucha industria?

--Perder nuestra biodiversidad, lo más importante que tenemos, a costa de permitir una explotación turística inadecuada. Ha crecido más el turismo ambiental que el respeto ambiental. Extremadura tiene un grave problema: No tenemos suficientes empresarios.

--¿Un ecologista puede ser taurino o cazador?

--Puede ser las dos cosas. A mí personalmente no me gustan los toros pero lo respeto. En cuanto a la caza, que he practicado muchos años, cumpliendo las leyes y las normas, ocurre lo mismo. Además ambas tienen implicaciones sociales, ecológicas, lúdicas, económicas, sentimentales, etc., incompatibles con discusiones radicales y acaloradas.