Con el maillot de Contador, con el traje de la Roja, con culottes del Decathlon, con banderas de España, con ositos de peluche, con cuernos de vikingo, con cámaras subjetivas y hasta con traje de flamenca. Fueran como fueran, miles de cacereños se unieron ayer a uno de los grandes pelotones ciclistas que se han visto en la ciudad, posiblemente el mayor, porque a los 4.500 dorsales solicitados en las tiendas se sumaron centenares de personas que fueron sin ellos. La Fiesta de la Bicicleta ya se ha convertido en la cita que más ciudadanos congrega, junto a la San Silvestre, y ayer, en su XXXVI edición, demostró que el cambio de fecha (de junio a septiembre) ha sido un acierto.

La organización, integrada por el Centro Comercial Ruta de la Plata, Land Rover, Cadena Cope, el Ayuntamiento de Cáceres y El Periódico Extremadura, estaba ayer muy satisfecha con la participación de ciudadanos de todas las edades, agrupados en familias, pandillas de amigos, clubes deportivos... Los niños tuvieron una presencia especialmente destacada en sus bicis de mil tamaños, transportines, carritos cubiertos, triciclos y hasta pequeñas motos. Incluso decenas de patinadores se sumaron a la ruta, de 12 kilómetros, por Cánovas, Virgen de Guadalupe, Rodríguez de Ledesma, Ruta de la Plata, Gil Cordero, Antonio Hurtado, Las 300, Maltravieso, Nuevo Cáceres, la Hispanidad, Moctezuma, avenida de Alemania y final en el Centro Comercial Ruta de la Plata, con el reparto de regalos, incluidas varias bicis.

QUINCE MINUTOS EN PASAR La fiesta, que este año ha mostrado su apoyo a la Asociación de Celíacos de Extremadura para dar a conocer su labor, obligó a organizar un amplio dispositivo de seguridad. Los participantes eran tan numerosos que tardaban quince minutos en pasar por cada punto, incluso más, despertando la sorpresa de los viandantes. La marcha transcurrió pausada, con paradas para tomar agua, chocolatinas y barritas energéticas, según el acopio de cada uno. Tan solo hubo que apretar los dientes y pedalear fuerte en las cuestas de Rodríguez de Ledesma, Sánchez Manzano y El Perú, auténticos puertos de primera categoría para algunos, que lo solucionaron echando pie a tierra.

Los padres hicieron las labores de avituallamiento, remolque e incluso mecánica, cuando algunas cadenas de los más pequeños dieron un disgusto. Pero la mayoría finalizó sin incidencias.

"Cambiamos la fecha por la acumulación de eventos en primavera y la gente ha respondido muy bien. Ver esto es una alegría, en Cáceres existe pasión por la bici", señaló el concejal de Deportes, Pedro Muriel, tras dar la salida. "Tenemos que seguir poniéndonos las pilas para favorecer el ciclismo en la ciudad porque merece la pena", subrayó.