Uno de los tableros en los que se está jugando la partida de la mina es el plan general de urbanismo, las reglas que marcan cómo debe desarrollarse la ciudad y qué usos dar al suelo. Su relevancia la resumió la consejera de Medio Ambiente, Begoña García Bernal, en unas manifestaciones a Canal Extremadura: «Mientras el ayuntamiento no modifique el plan, la declaración de impacto ambiental, sin entrar a hablar de temas medioambientales, es desfavorable».

El otro tablero, con los mismos protagonistas, el ayuntamiento y Tecnología Extremeña del Litio, es el terreno donde se proyecta la mina tras la suspensión de los sondeos que desde hace poco más de un mes se venían realizando y que son estudios complementarios de otros hechos el pasado año. El ayuntamiento ordenó el viernes su paralización por, entre otros motivos, haberse realizado trabajos no autorizados en las licencias de obra menor que concedió y faltar informes.

La empresa, tras parar los trabajos ayer por la mañana, anunció por la tarde que rescindía temporalmente la relación con las subcontratas que estaban en la zona, que realizaban los sondeos y transporte de materiales y suministros, hasta que se resuelva el expediente municipal que como primera medida dictó la paralización. La empresa precisó ayer por la tarde que esto no significa un abandono del proyecto, sino solo un cese de las labores de investigación que se estaban haciendo. Tiene un plazo de 15 días para alegar a partir de la recepción del decreto de incoación en el que se acuerdan por el consistorio las medidas cautelares de suspensión de los trabajos.

Con independencia de este expediente administrativo, que no anula el interés de la empresa por el proyecto ni incide en el que se tramita en la Junta para la concesión de la explotación de los recursos mineros, el frente ahora más importante es el plan de urbanismo, que no permite que se excave en la zona donde se quiere abrir la mina y menos una corta a cielo abierto que puede llegar a 240 metros de profundidad desde el fondo hasta su contorno más elevado. El gobierno local (PP) ya ha dicho que no modifica el plan, la última vez el pasado viernes por boca de su portavoz, Rafael Mateos: «Nuestra postura es la de no modificar el plan de urbanismo». Además los grupos municipales de PSOE y Podemos tampoco son partidarios del proyecto. Todos se oponen por su impacto en las puertas de la ciudad. Entre los tres grupos suman 21 de los 25 votos del pleno.

En el plano de este artículo, que reproduce una de las ilustraciones que aparecen en el proyecto, aparece (dentro de las líneas discontinuas, en el centro y con un tono más blanco que el resto del mapa) el espacio que ocuparía la mina, la planta de tratamiento y zonas para, entre otros usos, el almacenamiento de minerales, estériles y residuos. Son 390 hectáreas, según el proyecto, de las que 26,5 son las que ocuparía la mina a cielo abierto (en el plano se señala el sitio de las dos cuadrículas mineras que coinciden con la zona donde estaría la mina y que es donde se han hecho los últimos sondeos).

La mayor parte de las 390 hectáreas donde se desarrollaría el proyecto están dentro de terrenos clasificados como no urbanizables protegidos Montaña 2 (SNUP-M2) y Masa Forestal (SNUP-MF). En el plan de urbanismo se explican los motivos por los que se decidió protegerlos. En ninguno de estos dos suelos, que es donde estaría la mina, se permiten los usos extractivos. En el suelo Montaña 3 (SNUP-M3) tampoco se autorizan usos extractivos.

Alrededor de la mina y fuera de la corta, aunque dentro del espacio donde se planifica todo el proyecto, hay otros suelos protegidos (Montaña 1 -SNUP-M1- y Dehesa -SNUP-D-), en los que sí se permiten usos vinculados a explotaciones extractivas, pero con condiciones, una es que la distancia a un núcleo urbano será de al menos 2 kilómetros. La zona de actuación del proyecto tiene cerca de su extremo suroeste el residencial Vistahermosa, mientras que por el noroeste está próximo el Residencial Universidad, además al este tiene Sierra de Fuentes.

TECNOLOGÍA Extremeña del Litio (Sacyr y Plymouth Minerals) ha pedido la modificación del plan para que la clasificación de los terrenos donde se planifica la mina «vuelva a ser la del plan anterior, que sí contemplaba la industria extractiva previa realización de todos los estudios de impacto y las autorizaciones que se requisiesen», comentó el miércoles Marco Sosa, directivo de la empresa, que no desveló ni se refirió a otras alternativas para salvar la negativa del ayuntamiento, insistiendo en que lo que ahora quiere la empresa es que el proyecto salga a información pública para que «la ciudadanía lo conozca y poder tomar una decisión». Sobre la modificación de los usos del suelo recogida en el plan de urbanismo, Sosa dijo que «no es un requisito que se tenga que hacer inmediatamente», aunque ahora sí es uno de los tableros donde se juega la partida de la mina y de la planta de procesado del mineral para obtener carbonato de litio.