Alin Pasare es de Rumanía y tiene 22 años, vino a España hace cuatro años con el objetivo de ganar dinero para poder regresar a su país con su familia y mejorar su nivel de vida, allí ganaba entre 200 y 300 euros al mes.

Al principio, según cuenta el propio Alin a pesar de su timidez, estuvo trabajando en Valencia en la construcción y luego decidió venirse a Extremadura, puesto que su hermana y su cuñado viven en Cáceres. En Jaraíz de la Vera estuvo trabajando de jardinero y luego se trasladó a la capital pensando que al ser "un sitio más grande habría más trabajo"

Pero a Alín, al igual que a muchos ciudadanos, la crisis le ha llevado al paro y desde hace nueve meses se encuentra buscando trabajo en la ciudad. Asegura que a los inmigrantes "les ha afectado mucho el parón de la construcción".

Su situación se agrava porque desde hace tres meses ya no cobra la prestación, vive con su hermana y su cuñado que también se han quedado en paro y tiene que afrontar el pago del alquiler de la vivienda y sus gastos para mantenerse.

Recuerda que se ha recorrido todas las empresas echando currículums y casi a diario visita el programa de Empleo de Cáritas, donde le orientan para la búsqueda de trabajo y hacen de intermediarios con la empresa en caso de estar alguna interesada en contratar a estas personas. "Hay que moverse porque a casa no llega el trabajo", señala.

Echa de menos a su familia y aunque dice que "mis expectativas eran mayores a lo que he encontrado", asegura que le gusta la tranquilidad de Cáceres y que no se ha planteado volver a Rumanía. Su novia es española y confía en que pronto alguien le contrate, aunque afirma que para "un extranjero es más difícil por la mentalidad todavía de algunas personas".

Dice que no está buscando ningún trabajo en particular y que en su situación, que cada día es más crítica, le viene bien "cualquier cosa".