En otoño de 2006, tres músicos procedentes de distintas bandas cacereñas se aventuran en un nuevo proyecto que cuenta con una voz femenina. Nace así Miscelánea, con Laura Carretero como vocalista. Diferentes estilos e ideas se aúnan en locales donde prácticar con un mismo propósito: disfrutar con cada nota de sus instrumentos y con cada composición.

Los locales de la Charca Musia son el lugar donde ensayan. Y es que se han convertido en el epicentro de la creación musical autóctona. Laura Carretero se considera afortunada: "Tenemos un local propio y acondicionado donde hacer nuestra música". Al no compartir el espacio con otros grupos, no se establece la dinámica de establecer turnos, que sí afecta a las bandas principiantes con menos poder adquisitivo que las que ya han conseguido reconocimiento a nivel regional. "Hay bandas de la ciudad que ensayan en perreras", se lamenta Laura, consciente de que otros conjuntos de la zona no corren la misma suerte.

"Si tuviera menos años y se tratase de los principios de mi grupo, me hubiera encantado que existiese en la ciudad un lugar preparado como el que pretenden construir", dice la artista. Pero Laura es consciente de los quehaceres que impone el civismo y reconoce que el nuevo espacio ha de satisfacer tanto las necesidades de los vecinos que salen de trabajar y pretenden descansar como las de quienes son felices componiendo después de su jornada laboral.

La vocalista de Miscelánea, "quiere creer" que el edificio de la Ribera se construirá tal y como se prometió y servirá para ofrecer oportunidades a los emergentes conjuntos, al igual que lo hizo, a su parecer, el Festival del Oeste. "El público del Extremúsika es más heterogéneo y por tanto acuden más personas. Sin embargo, el Festival del Oeste va dirigido a un público más específico y acaba de empezar", explica. "Ha sido una buena iniciativa en la que se ha dado facilidad a muchos grupos de la zona, no hay que hablar de sustituciones", añade ilusionada la cacereña, que apuesta por más ediciones.