En nuestra ciudad existen muchos misterios además de los subterráneos que trata de encontrar Corrales Gaitán. Por ejemplo en la Madrila. Hasta las once de la mañana de un sábado o un domingo cualquiera continúan subiendo desde la Plaza de Albatros centenares de jóvenes, poco meados la verdad pues sacan su minga apuntando a cualquier pared o puerta de garaje con bastante mala puntería o, en el caso de las chicas, se ponen en cuclillas junto a unos arbustos, para proporcionar alivio a sus esfínteres. ¿De dónde vienen? Pues ahí está misterio. No pueden venir de algún bar que permanezca abierto a esas horas porque nuestro reverendísimo ayuntamiento ha publicado una ordenanza prohibiendo esa actividad y dada la rigurosidad con la que el consistorio actúa no es posible que existan tales establecimientos. Tampoco pueden venir de organizar un botellón porque el mismo beatífico ayuntamiento lo tiene prohibido y ya se sabe que sus prohibiciones se cumplen a rajatabla. Es imposible que vengan de rezar maitines en algún monasterio de monjas porque las monjas que habitan en las cercanías están comprando en el Corte Inglés. Y para colmo de misterios, resulta que la mayoría de ellos suben las escaleras haciendo eses. ¿Estarán mal niveladas las escaleras? Y además muchos vomitan. ¡Qué habrán desayunado!