La presentación de mociones ante el pleno de la corporación local es un recurso de la oposición para instar y comprometer al gobierno a la adopción de acuerdos. En un mandato como el presente, con un gobierno que está en minoría, cobran una mayor relevancia. Esta es la diferencia con otras legislaturas, cuando las mociones, aunque se aprobasen, caían en saco roto.

C's, al igual que los otros dos partidos de la oposición, ha presentado mociones en todos los plenos de la corporación, incluso en el último se rizó el rizo al llevar una iniciativa para que se haga un seguimiento del cumplimiento de las mociones. Una de las razones del distanciamiento entre PP y C's, partidos cercanos en sus planteamientos ideológicos, es la queja de C's de que el PP no cumple las mociones pese a estar aprobadas por el pleno de la corporación.

De este nuevo valor que pasan a tener las mociones y de su influencia en la política local ha habido tres pruebas esta misma semana. La primera fue el martes y unió a los tres partidos que están en la oposición (PSOE, Ciudadanos y CáceresTú --Podemos--) contra el gobierno (PP).

La ordenanza de terrazas en el centro histórico se dejó sobre la mesa el martes porque los tres partidos (que suman catorce de los veinticinco componentes de la corporación municipal) piden al PP pruebas de que de verdad se va a cumplir una de las primeras mociones que se aprobaron en este mandato (la revisión del plan especial del casco viejo).

La segunda fue el miércoles cuando se presentó el borrador del nuevo reglamento orgánico municipal, norma que regula el funcionamiento de órganos del consistorio como el pleno. El borrador desarrolla en su articulado cómo se deben tramitar las mociones (esto no se aborda en el reglamento actual que tiene una redacción más simple en el artículo de las mociones y deja más abierta su presentación).

Las mociones de fondo (las que generen, declaren, limiten o modifiquen derechos y obligaciones de los administrados o del municipio) no se podrán presentar sin más, según se establece en el borrador que el gobierno local ha entregado a la oposición para que haga propuestas. Antes de su debate en el pleno deberá emitirse informe técnico e incluso un dictamen previo de la comisión informativa del área. La facultad para determinar si una moción es de este tipo es de la alcaldesa, aunque antes tendrá que oír a la junta de portavoces, en la que están representados todos los grupos políticos.

EL INFORME dará un argumento al gobierno municipal para justificar su rechazo a una moción, pero, por contra, puede fortalecer la postura del grupo proponente de la oposición en su defensa para que se apruebe. Lo que sí que pasará es que el trámite para su debate en el pleno se ampliará con el informe y el dictamen de la comisión.

La tercera prueba fue el viernes, en la intervención del portavoz de la junta local de gobierno tras la celebración de este órgano, cuando, al igual que ocurrió el pasado 22 de enero, informó de los trámites para cumplir una de las mociones que presentó la oposición, en este caso Ciudadanos, en el pleno de la corporación municipal y que se aprobó.

Tras la junta del 22 de enero y después de la del pasado viernes se dieron a conocer los pasos que se están siguiendo para cumplir mociones, dada también la relevancia que las mismas han adquirido ahora en la política local.

El portavoz del gobierno informó de que a la junta del viernes se había llevado el borrador de uno de los asuntos propuestos en una moción (en este caso es el plan inclusivo de personas con diversidad funcional). Y, al igual que el día 22, lanzó el mensaje de que el gobierno local sí cumple con las mociones, mientras que la oposición no lo hace porque después de aprobarlas en el pleno no presenta propuestas para desarrollar sus contenidos.

El recurso de acudir a la moción para instar al gobierno a tomar decisiones seguirá ahí, aunque sea con más o menos trámites o con más o menos razones para proponerlas --dado que a veces exceden del ámbito municipal--.