Montaña Granados (Cáceres, 1969) es la nueva directora del Festival de Teatro Clásico de Alcántara, al que llega con un perfil distinto a sus predecesores. Licenciada en Historia y Geografía, ha ejercido como profesora de la Uex, consultora, gestora de calidad, ambiental y cultural, y gerente del Clúster de Turismo. Lleva años volcada en su faceta como empresaria cultural y teatral, y a la vez promotora de la compañía Insertus y Cía. No solo se encargará de la programación, sino también de todas las actividades del festival, aunando el trabajo que realizaban hasta ahora la dirección técnica y el ayuntamiento alcantarino. Se trata de una nueva fórmula que tiene éxito en otros certámenes y que en este caso llega de la mano de la ute ‘Festival de Alcántara’, formada por Insertus y Novatoma, ganadora del concurso por un año.

--Ha tenido predecesores de peso en la dirección del Festival de Alcántara: Kiko Magariño, Olga Estecha... ¿Qué aportará Montaña Granados a este clásico?

--Lo primero, intentar conservar lo que ellos han hecho, porque hay aspectos que se han llevado a cabo de forma muy positiva. Yo vengo a aportar una gestión un tanto diferente desde una perspectiva más empresarial. Es la primera vez que el festival estará dirigido por una empresa, en este caso por la unión de dos, y pretendemos darle un aire nuevo: vamos a introducir secciones distintas, contenidos del gusto de todos, pero intentando a la vez que sea un festival autosostenible. Tiene un presupuesto reducido de 80.000 euros. Nos haremos cargo de todo, por un lado de la programación principal que hasta ahora era responsabilidad de dirección artística, por otro del montaje de las infraestructuras que acometía el ayuntamiento. De modo que nos encargaremos de la contratación de las compañías, del off del festival, del montaje de escenarios, de la organización de un mercado medieval, de la animación, de contratar las barras, del pago a los actores... Es un nuevo modelo de gestión.

<b>--Aunque ha desarrollado proyectos de enve</b>rgadura como ‘La ruta de Isabel la Católica’, ‘Turismo Familiar en Tajo Internacional’ o el ‘Producto Cultural del Geoparque Villuercas-Ibores-Jara’, díganos... ¿No siente miedo escénico al ponerse por p<b>rimera vez al frente de un festival que llega a su 33 edición?</b>

--Personalmente me siento muy unida a Alcántara, tengo incluso ascendencia alcantarina, e Insertus, como empresa, siempre ha estado muy vinculada, hemos trabajado mucho con el municipio, lo incorporamos a todas nuestras rutas... Por eso, aunque no miedo, Alcántara y su gente sí me transmiten mucho respeto. Hablamos de un festival muy consolidado que cumple 33 ediciones, y que a pesar de su menor presupuesto en comparación con otros, está muy asentado, tiene mucho prestigio a nivel nacional. Queremos que crezca con nosotros, darle un empuje más. Realmente miedo no tengo porque con Insertus estoy acostumbrada al riesgo de taquilla: si hay menos turistas que vienen a ver las rutas y los espectáculos que programamos, ese día nos vamos a casa con pérdidas, y si hay más, ese día nos sentimos satisfechos.

--Sitúeme al Festival de Alcántara en la esfera clásica nacional.

--Mérida se encuentra a años luz del resto. Seguidamente estarían Almagro --también ha aplicado una gestión de consorcios que se ha notado mucho-- y Cáceres. Tras ellos, Olmedo y Alcántara.

--Sin duda, una gran responsabilidad. ¿Qué ideas baraja para ese impulso que pretende?

--El festival se ha venido desarrollando durante cinco días que nosotros vamos a prolongar a siete, tanto en la programación principal como en la paralela, del 2 al 8 de agosto. Lo ampliaremos porque confieso que tengo fijación con los nuevos públicos, tanto en el turismo cultural como en las artes escénicas. Muchas veces no llegamos a estos segmentos. Por tanto, el festival dedicará todas las actividades de una jornada al teatro clásico familiar, incluida la obra central en San Benito, no solo como consideración al público general, sino también para cuidar a la propia población de Alcántara, prioritaria en el certamen. Me parece que este segmento lo merece y no tiene por qué restar calidad. Otra jornada se orientará por completo a la creación novel: compañías noveles, productoras noveles --que las hay y no suelen encontrar hueco--, grupos amateur que funcionan muy bien...

--¿Y la programación principal?

--El festival siempre ha tenido buenas obras y vamos a seguir contratándolas. En Alcántara se entiende de teatro y pese a los límites de presupuesto se programará con criterios de calidad. Queremos traer piezas que se han estrenado en Almagro, que han pasado por Cáceres, vamos a intentarlo con la Compañía Nacional de Teatro Clásico... Además tenemos el compromiso de meter obras extremeñas, y si podemos, dos mejor que una.

-<b>-¿Y las actividades paralelas?

</b>--Estamos trabajando en escenarios novedosos, un poco diferentes a lo que se ha hecho siempre. Intentaremos que haya propuestas a diario y hemos abierto una convocatoria de artistas para rellenar ese hueco de 30 a 45 minutos antes o después de la obra más importante de la jornada, adaptándonos a la temática del día. Además de talleres habrá contenidos para las familias (con adolescentes, con mayores, con niños...) y cursos de formación tanto con la UEx como con la ESAD orientados a la escenografía y la teatrología. Queremos darle un giro y también meter música barroca, otras artes escénicas y expresiones artísticas como danza teatro para ir ampliando un poco las miras, así como vídeo mapping y proyecciones 3D, siempre respetando la esencia tradicional. Hay que innovar, aprovechar los recursos. Hasta Calderón o Quevedo tendrían un smartphone en el siglo XXI.

--¿Cuales son los principales valores de este certamen?

--El propio pueblo de Alcántara. Todos los municipios tienen sus fiestas pero éste tiene un festival de teatro clásico que lleva más de tres décadas. Es uno de sus grandes valores además del escenario (en el conventual de San Benito), de un programa magnífico, de un entorno natural privilegiado y de un espacio transfronterizo en el que se puede intentar dar el salto a una dimensión ibérica.

--Usted forma parte de un sector que representa esa unión entre la cultura y el turismo con tantas posibilidades...

--Es un binomio indisoluble que durante años ha estado un poco parado, quizás porque pensábamos que el patrimonio histórico se vendía solo, hasta que observamos que se cuenta mejor desde las artes escénicas. Una unión primordial que debe convertirse en una de las líneas directoras de turismo en Extremadura.