La casualidad evitó que el plan, supuestamente diseñado por el abogado cacereño Pablo Vioque Izquierdo, llegara a culminarse. El objetivo era asesinar al teniente fiscal Javier Zaragoza, a la sazón convertido en auténtica pesadilla del letrado. Un inesperado traslado de domicilio del fiscal valió para que los sicarios desistieran en sus fines y apuntaran a otros posibles blancos. Estos matones, según las investigaciones de la Guardia Civil, fueron contratados por el abogado de los narcos gallegos desde la prisión de Soto del Real, donde cumple prisión desde el 2001, tras ser detenido por segunda vez en Cáceres. Anteriormente había sido detenido en 1997 durante una visita que realizó a sus familiares.

Las pesquisas de los investigadores señalan que Vioque contrató a un grupo de sicarios sudamericanos, cinco colombianos, dos venezolanos y un ecuatoriano, quienes llevarían a efecto la trama criminal, un plan que tenía que haberse llevado a efecto durante la navidad pasada. Sin embargo, éstos no contaron que el fiscal de la Audiencia Nacional se había cambiado de casa, lo que evitó el fatal desenlace.

Seguidamente, el plan cambió de objetivo y Vioque, según la Guardia Civil, trazó nuevos blancos: dos presuntos narcos gallegos y dos abogados madrileños, examigos de Vioque. La actuación de la Guardia Civil, que vigilaba de cerca a esta banda y sus conexiones con Vioque, propició la detención de todos ellos antes de que se produjeran los crímenes.

Con el asesinato del teniente fiscal antidroga, el abogado cacereño pretendía, según las mismas fuentes, dar un golpe de efecto en la Audiencia Nacional y, de esta forma, "ganarse" una sentencia favorable en el proceso abierto contra él y otros acusados más por el tráfico de dos toneladas de cocaína procedente de Colombia.

Pese a que la policía seguía los pasos a Vioque desde finales de los ochenta, fue en 1997 cuando se apunta a este letrado cacereño como el presunto cerebro de una red de narcos que movía cada 15 días unos 500 kilos de cocaína.

Esta trama, que salpica de lleno a Pablo Vioque, es la primera conspiración de este tipo que se da en España.