Las averiguaciones que hasta el momento ha realizado el juzgado número 2 de Cáceres sobre el fallecimiento del preso Francisco Barrado de 53 años el domingo, no han aportado indicios de irregularidad que puedan desvirtuar que la causa de la muerte no fue natural, según confirmaron fuentes judiciales.

La familia del recluso insistió ayer, aun así, en poner en duda que la muerte le proviniera de un infarto cerebral, como determina el certificado de defunción del hospital San Pedro. El interno fue conducido al hospital el viernes después de que un funcionario lo hallara inconsciente en su celda. La familia piensa que recibió una paliza y reclamó al juzgado que se practicara la autopsia al cadáver.

El director de la prisión, Juan Carlos Carrillo, lamentó la muerte del interno pero aseguró que no consta que sufriera ninguna agresión.