El Juzgado de lo Penal ha condenado a una vecina de Trujillo a pagar una multa de unos 3.250 euros por incordiar y producir daños continuos a la vivienda de la familia de su cuñado, que vive en el piso inferior al suyo, según una sentencia hecha pública ayer. La mujer ha sido condenada por un delito continuado de coacciones.

El tribunal considera que la imputada estaba decidida a que el denunciante y su familia no pudieran "vivir en paz y tranquilidad en su casa". Para ello, se dedicó a introducir objetos en la cerradura de la puerta de la vivienda de su cuñado, a arrojar todo tipo de productos y objetos a su terraza, como cristales, aceite o huevos, obstruyó el canalón del inmueble para provocar daños en la casa del hombre, a rayar la mirilla de la puerta o a desconectar la antena de televisión, que es comunitaria, para impedir que la vieran.

Aunque la mujer negó los hechos, en el inmueble solo hay dos pisos, el suyo y el de la familia de su cuñado, por lo que el juzgado entiende que nadie más pudo realizar estos daños, sobre todo porque en algunos casos sólo podían cometerse desde la vivienda de la acusada.