Las funcionarias que atienden la ventanilla de sanciones en la Jefatura de la Policía Local miran sorprendidas las dos bolsas con monedas de un céntimo que un joven acaba de poner ante ellas. "Vengo a pagar una multa", indica Jorge Lozano a la funcionaria que, sin dar crédito, responde: "Así no se puede pagar". Pero Jorge y su padre, que le acompaña, hacen ver que sí pueden. "Son monedas de curso legal y si queremos pagar con ellas estamos en nuestro derecho", alegan.

La situación genera un pequeño revuelo en las dependencias policiales cacereñas. Se plantean dudas sobre si alguna normativa regula la forma de pago, pero tras las oportunas gestiones se reconoce que no hay ninguna que impida al sancionado pagar con monedas de un céntimo la multa de 63 euros que se le ha impuesto por mal estacionamiento. Tendrán que contar una a una las 6.300 monedas que el joven entrega.

Tendrán que hacerlo, "pero a las dos cerramos la ventanilla", le advierten señalando el reloj, que marca las 13.55 horas, al tiempo que añaden, "por lo que si no hemos acabado de contar tendrán que volver mañana".

Llamada de atención

Con su acción, Jorge Lozano señala que lo único que pretende es protestar por lo que considera "una injusticia" y que le está pasando a muchísimos conductores en Cáceres, "que las multas y retiradas de coches por la grúa son totalmente arbitrarias"; así como también"por la falta de plazas de aparcamientos libres".

Reconoce que su multa "es justa, pues yo estaba mal aparcado y tienen derecho a sancionarme", pero, "injusto", a su vez, "que habiendo varios coches mal aparcados solo multen a algunos, algo que hacen muy a menudo": o, asimismo, "que cuando llamas a la policía porque un coche mal aparcado te impide, por ejemplo, salir de tu cochera no aparezcan, que es también algo habitual".

Por estos hechos, así como también por la falta de aparcamientos libres en la ciudad, es por lo que decidió pagar la multa en céntimos, "como protesta y llamada de atención".

Pero para los responsables policiales su medida no es acertada, "ya que lo único que consigue es perjudicar a otros ciudadanos, pues contar 6.300 monedas supone varias horas en las que, lógicamente, no se puede atender a nadie más".

Son visiones enfrentadas de un asunto que aún no ha llegado a su fin. Son ya dos los días que Jorge Lozano ha acudido a la policía local a pagar la multa, pero no ha podido hacerlo. Ayer, tras dos horas y media contando monedas, como no habían terminado "no han querido quedarse con las ya contadas, nos las han devuelto todas y nos han dicho que volvamos mañana". Indignados, no han dudado en acudir a los juzgados a denunciar.