Los neandertales que habitaron en la Cueva de Maltravieso de Cáceres hace unos 120.000 años fueron los primeros en cazar hienas para su alimentación, según los datos de un "caso único" puesto de manifiesto por un estudio del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (Iphes).

El estudio, publicado en la revista Journal of Taphonomy, descarta la creencia mantenida hasta la fecha, según la cual las hienas, por su actividad carroñera, eran "grandes competidoras" de los primeros homínidos.

El análisis microscópico de los restos fósiles de huesos de hiena hallados en Maltravieso revela pequeñas incisiones producidas por herramientas de piedra, en el proceso de arrancar la piel, la carne y los tendones de los animales.

"Son auténticas señales de carnicería", subraya Antonio Rodríguez Hidalgo, autor del trabajo junto con Palmira Saladié, investigadora del Iphes y especialista en zooarqueología del Equipo Primeros Pobladores de Extremadura (Eppex).

Los investigadores defienden que hasta la fecha no se tenía documentado ningún comportamiento similar, y trabajan con dos hipótesis: que los neandertales cazasen y comiesen el cuerpo de la hiena cerca de la cavidad y luego otros carroñeros arrastrasen los restos hasta la sima, o bien --la hipótesis más plausible-- que los antepasados del hombre entraran directamente en la cueva para cazar a los animales.

Según el Eppex, los datos obtenidos en las sucesivas campañas de excavación entre 2001 y 2009 muestran que una parte de la cavidad funcionó como hogar de hienas --Crocuta crocuta-- durante el Pliestoceno, si bien los restos de herramientas humanas añaden "complejidad" al yacimiento, que se encuentra en "las primeras fases de explotación", según el director de las excavaciones, Antoni Canals.

Las campañas se encuentran detenidas por problemas detectados en la conservación de las pinturas rupestres de la cueva, a la espera de conocer las conclusiones de un estudio del Instituto de Patrimonio Cultural de España y la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Extremadura para determinar la compatibilidad entre la actividad arqueológica con la preservación del arte paleolítico.