La alcaldesa, Elena Nevado, aseguró ayer que está convencida de que la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) que se haga del proyecto de la mina en Valdeflores será negativa por plantearse en un entorno natural que está junto a la ciudad. Argumentó que hay razones ambientales suficientes para que la iniciativa no prospere.

La regidora explicó que aunque la Ley de Minas obligue al ayuntamiento a motivar las razones por las que el plan general de urbanismo de Cáceres impide los usos extractivos, hay también una normativa ambiental que se tiene que cumplir y que hace que la legislación de Minas pierda su peso «cuando hay proyectos que atacan al medio ambiente».

A esto añadió que el plan que promueven Sacyr y Plymouth Minerals «no es de creación de empleo ni de industrias, como se había hablado con carácter previo, sino de explotación». Y agregó que la iniciativa que abanderan las dos empresas es «pan para hoy y hambre para mañana» ya que la explotación se planifica con una vida útil de 24 años.

Plymouth Minerals emitió ayer un nuevo comunicado dirigido a inversores interesados en el proyecto en el que se insiste en su viabilidad y en los beneficios de un yacimiento de «carbonato de litio robusto, de larga duración y de bajo costo» que está en «una posición ideal para satisfacer la creciente demanda en Europa» de litio para baterías. Ahora el proyecto es al 50% entre Sacyr y Plymouth, pero la empresa australiana ha anunciado que se puede hacer con el 75% y su cambio de denominación a Infinity Lithium Corporation «para resaltar» el mayor peso que el proyecto de Valdeflores tiene para la empresa.

El proyecto ocupa 47 cuadrículas mineras que están en la sierra de la Mosca --en la edición de ayer se mostraba un plano con su situacion--. No es un terreno que esté afectado por espacios de la red de áreas protegidas de Extremadura o de la red Natura 2000, pero sí se planifica en un área que está dentro de dos de los tipos de suelos más protegidos por el plan de urbanismo de Cáceres (Masa Forestal y Montaña 2).

El plan hace una regulación general sobre las protecciones respecto a la actividad extractiva y una justificación más específica para cada tipo de suelo no urbanizable protegido. Las condiciones del suelo Masa Forestal se incluyen en el mismo apartado que Sierra de San Pedro, Humedales, Llanos y Dehesa, en los dos últimos sí se permiten actividades extractivas con limitaciones. Estas categorías deben su protección «a la morfología de cada uno de estos paisajes, que los hace fácilmente identificables y de gran valor ambiental».

La Montaña tiene hasta tres grados de protección, en el 2 y 3 no se permiten las actividades extractivas. Estos dos grados se protegen «en gran medida como complemento paisajístico necesario en las áreas más próximas a la ciudad». Aunque estas protecciones podrían necesitar de una mayor justificación, el TSJEx y el Supremo las consideraron suficientes en sus sentencias que anulaban la orden de la Consejería de Vivienda que permitió la construcción del Residencial Universidad, que se promovió con la Ley del Kilómetro, figura que resultaba procedente «en relación con terrenos clasificados como no urbanizables o urbanizables programados, pero en modo alguno en terrenos no urbanizables de especial protección».

En el caso del Residencial Universidad se cambió el plan para no afectar a las 549 viviendas que se hicieron, y lo mismo pasó con el suelo de especial protección Masa Forestal que ocupaba la extracción de áridos de La Pedregosa. En el caso de la mina, el ayuntamiento ya ha anunciado que no cambiará el plan, es un proyecto que afecta a una superficie mayor que la que ocupan los dos citados, y ayer recordó sus competencias en la ordenación del territorio.