En su tradicional alocución, la alcaldesa, Elena Nevado, pidió a la patrona «la valentía, el sosiego y el acierto necesario que nos permita resolver los muchos problemas que hay que afrontar. Para transformar -dijo- las dificultades en fortalezas y los defectos en virtud. Para vivir con júbilo las alegrías y compartir con los que nos rodean los buenos momentos». Y añadió. «Nos reconfortas y nos alientas... Por eso, hoy todos estamos aquí. Basta conocerte para empezar a quererte. Eres nuestra confidente, guia y cómplice. Desde aquí te pido que sigas velando por nosotros, sin excepciones, sin distinciones. Te pido que sigas iluminándonos y ayudándonos para seguir adelante...»