Dos policía locales de Trujillo que ayer fueron juzgados en la Audiencia Provincial de Cáceres acusados de un delito de detención ilegal y una falta de lesiones, por los que el fiscal pide para cada uno de ellos una pena de 3 años y medio de prisión y la inhabilitación absoluta para el cargo durante 9 años, aseguraron ayer en el juicio que todo es "rotundamente falso".

Un joven de la localidad, menor de edad cuando ocurrieron los hechos, a mediados de diciembre del 2005, acusó a los agentes M. A. D. P. y O. C. E. de haberle obligado la madrugada del día 18 de dicho mes a subirse al coche policial, trasladarle a la zona del campo de fútbol y allí uno de ellos agredirle y ambos amenazarle. Ayer en el juicio los dos acusados insistieron en que "todo es incierto", llegando incluso a manifestar que se trata de "una denuncia falsa de este chico por la animadversión que siente hacia la policía".

Sobre los sucedido la madrugada del 18 de diciembre del 2005 los agentes explicaron que se encontraban de servicio cuando sobre las 03.30 horas observaron a tres jóvenes en las inmediaciones de la plaza "y como teníamos órdenes de intensificar la vigilancia por los hechos ocurridos un mes antes relacionados con grafiteros y destrozos del mobiliario urbano, fuimos hacia ellos para identificarlos".

Dos de ellos salieron corriendo, por lo que según su testimonio tan solo pudieron actuar con el joven que después les denunció, al que, aseguraron, "le identificamos y luego él se fue, eso fue todo", haciendo constar que apenas 15 minutos después trasladaron a un turista extranjero que les pidió ayuda hasta la estación de autobuses, "al que no identificamos porque no lo consideramos necesario, pero que de haber sabido que nos iban a acusar de todo esto lo habríamos hecho", hizo constar O. C.

VERSION DEL JOVEN Pero el chico que les denunció se mantuvo ayer en el juicio firme en sus acusaciones. Dijo que se siente acosado por la policía local, "que me registran cada vez que me ven, no sé muy bien por qué, pues de lo único que soy culpable es de pintar, alguna vez donde no se debe", y culpó directamente al agente M. A. de las amenazas y la agresión. "Fue él quien me obligó a subir al coche y el que ya en la zona del campo de fútbol se puso unos guantes de cuero negro me zarandeó y me pegó un golpe en la cara mientras me decía que como siguiera metiéndome con la policía me iba a enterar".

Después de estos hechos, añadió, "se fueron y me dejaron allí, por lo que tuve que volver andando", y fue de camino a casa cuando decidió, al pasar por el centro de salud, entrar para que le curaran y contó lo ocurrido, sin dejar de reconocer que sus mayores heridas, las que tenía en los nudillos, "me las hice yo cuando, por la rabia que sentía por lo sucedido, di un puñetazo en una pared al ir caminando".

Aseguró que lo sucedido "me dejó muy marcado y el miedo que pasé fue tan grande que no he vuelto a salir sin llevar un destornillador, para defenderme si me vuelvo a encontrar en una situación similar", reconoció