Ayer se cumplieron 23 años de la primera campaña de Reyes en la Asamblea Local de Cruz Roja de Cáceres y el acto volvió a repetirse con la misma ilusión del primer día. Lorena y Tamara posan emocionadas con sus muñecas. "La mía está nueva, viene con biberón y con una cuna", dice Tamara mientras muestra al fotógrafo esa cara de felicidad, propia del niño que recibe un juguete en Navidad.

Unos metros más allá está Manuel. Sentado sobre el césped, a las puertas del edificio de Cruz Roja en la avenida de las Delicias, quita el envoltorio de sus juguetes didácticos. Bernardo, más pequeño, también lo ha hecho y juega ensimismado con "un perro con mando".

Entretanto, una cola de familias esperan ansiosas su turno a las puertas de la sede. Hasta el salón de actos del piso superior llegan por orden los pequeños. Allí les esperan los tres Reyes Magos, que estrechan sus manos y entregan los obsequios.

David Mangut García, coordinador de la campaña, lleva una mañana muy ajetreada. Explica que este año se han entregado regalos a unos 60 niños en la ciudad y a más de 2.000 en toda la provincia. Los regalos, que voluntariamente son donados por los cacereños en Eroski o en la propia asamblea local, se entregan a los niños que pertenecen a familias de escasos recursos.

El proceso

Para ello, el solicitante debe entregar la tarjeta de empleo, fotocopia del Documento Nacional de Identidad y libro de familia. "Tienen que ser desempleados", aclara Mangut.

Pero la de Cruz Roja no es la única cita. El lunes por la noche los Magos de San Blas acudieron a la residencia de mayores de Cervantes y los del ayuntamiento fueron a Alcuéscar.

Mientras en Cánovas un niño se queja porque ayer había abierto demasiados regalos, en Cruz Roja Francisco Javier salta emocionado. Estudia 1º de ESO y vive en Lucas Burgos Capdevielle. Si le preguntan dónde está su calle contesta: "No sé. Le llaman el Bronx ".