Inquieta y sin poder contener las lágrimas, la mujer de Alejandro Martín, de tan sólo 23 años, espera junto a la puerta de la sala en la que presta declaración para entregarle una bolsa con ropa. "Aún no entiendo cómo ha podido hacer algo así", asegura mientras afirma que es un hombre muy tranquilo, que nunca ha tenido problema alguno con nadie, ni con la justicia, aunque reconoce que cuando bebe cambia. "El alcohol le hace violento, y esa noche estaba especialmente alterado".

A él le unen siete años de convivencia y un hijo de 5 años, "al que no verá crecer, y esto será un castigo más para él por lo que ha hecho".

Le cuesta entender lo que ha pasado, y no le perdona el daño causado, "pues ha destrozado la familia del joven al que ha matado y la nuestra, que ahora empezaba a ir bien". Y le preocupa que se enteren los padres de su marido, "porque son muy mayores y no lo soportarán".

Ella sólo quiere alejarse de Cáceres "para intentar olvidar, aunque sé que no será fácil", y por eso tiene intención de volver cuanto antes con su familia a Alicante.