"Uno de los motivos para echarnos de aquí es que piensan que es una zona desfavorecida, pero saben de sobra que no es así, que somos unos privilegiados". Esta es la opinión de María Angeles Monedo, que se compró una vivienda en la calle San Roque hace 7 años y que cuenta que en la primera reunión de vecinos para tratar los derribos "a los mayores se le caían las lágrimas porque llevan aquí toda su vida".

María Angeles explica que si "verdaderamente" se trata de un proyecto de interés social, "nadie se opone", pero que el daño se debe minimizar reubicando a los vecinos en la zona, "que es la que hemos elegido para vivir".

"Lo que pretenden es que la gente se vaya por sus propios pies impidiendo que reformen sus casas, que la zona de verdad se deteriore", afirma. "Aunque se hayan ajustado a la legalidad, no es ético que no se hayan puesto en contacto con los vecinos", añade.