El vecino de Hervás juzgado ayer en la Audiencia de La Coruña por cuatro intentos de homicidio, los de su mujer, sus cuñados y su sobrino, negó los hechos. Aseguró que él no intentó incendiar la casa familiar de su cuñado, en la que se refugiaba su mujer tras huir desde su domicilio en Hervás para evitar sus malos tratos.

El acusado sí reconoció que se había desplazado a La Coruña, pero con la intención solo, dijo, de darle unas cartas en mano a su mujer, pues ella no las recogía ni atendía sus llamadas; y que estuvo varios días delante del edificio de su cuñado, al que culpó de la separación de su esposa. Pero también mantuvo que el no roció con gasolina la puerta de la casa, "no le prendí fuego", insistió, ni tampoco huyó después del lugar.

Como ya publicó ayer este diario, estos hechos por los que se juzga a este jubilado ocurrieron el 12 de octubre del año pasado en La Coruña, pero tienen su origen en otros acontecidos antes en Hervás, localidad donde el matrimonio tenía su vivienda familiar. Se derivaron de años de maltrato psicológico a su esposa, que en el juicio manifestó que su marido nunca la pegó, pero sí la insultaba y la engañaba con otras mujeres; y que llevaron a la mujer a decidir denunciarle el 31 de agosto del 2009 ante la Guardia Civil de Hervás, y poco después a marcharse.

Primero vivió con un familiar en Hervás; después, ante las insistencias de su esposo para que volviera, se fue a Avila; y de allí, donde también la siguió su marido, a La Coruña, a casa de su hermano.

Ayer, en la declaración que prestó en el juicio, la mujer manifestó que nunca había tenido el valor necesario para dejarle porque tenían un hijo en común, pero que cuando decidió marcharse a La Coruña, después de haber estado en Avila, fue por "propia voluntad". Y precisó que si no cogía las cartas del marido ni atendía las llamadas que le hacía fue por recomendación de la psicóloga que la trataba.

PROBADOS Para el Ministerio Fiscal los hechos de los que se acusa a este vecino de Hervás están probados, y por ello, una vez celebrado el juicio, siguió imputándole cuatro delitos de intento de homicidio --los de su esposa, el hermano de esta, su mujer y el hijo--, un delito de incendio y otro de coacciones, con la circunstancia agravante de parentesco en este último delito y en dos de los homicidios intentados --de los que serían víctimas su mujer y su cuñado--.

Y mantuvo su petición de 22 años de prisión para el acusado --20 por los delitos de intento de homicidio y de incendio, y 2 por el de coacciones---, la prohibición de acercarse o comunicar con su esposa por cualquier medio durante 5 años, y el pago de 72.000 euros de indemnización --18.000 euros a cada una de sus cuatro víctimas--.