Tras nueve años en la presidencia del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura y más de 20 ejerciendo su profesión en la región, Angel Juanes Peces salta a Madrid, al Tribunal Supremo --ha sido nombrado magistrado de la Sala de lo Militar--. Cumple así uno de sus sueños.

Se le ve feliz...

--La verdad es que tengo un sentimiento agridulce. Dejo cosas muy importantes aquí y por eso siento cierta tristeza, pero no puedo dejar de estar feliz y satisfecho, pues este nombramiento significa una culminación. Llegar al Tribunal Supremo, desde todos los puntos de vista, es el máximo en la carrera judicial.

El Supremo era su máxima aspiración, pero la Sala de lo Militar no era su destino preferido, ¿verdad?

--Evidentemente. A lo que yo siempre aspiré, como penalista, fue a la Sala de lo Penal, no tengo por que negarlo. De todas formas estoy contento, pues en mi destino también se aplica el Derecho Penal y creo que va a ser muy interesante.

De todas formas, ¿seguirá insistiendo en su aspiración?

--Ahora mismo es imposible, pues legalmente no se puede pasar de una Sala a otra. Con el tiempo..., no lo sé. De todas formas no puedo negar que mi máxima aspiración es ser magistrado de la Sala Segunda y no renuncio a ello, aunque otra cosa es que se pueda conseguir.

¿Cuáles son los mejores recuerdos, personales y profesionales, que se lleva de Extremadura a Madrid?

--Me resulta absolutamente imposible responder a esto, pues son muchos. Por supuesto me llevó en el corazón a las personas con las que he trabajado, y no puedo negar que el recuerdo más entrañable es el de mi nombramiento como presidente del Tribunal Superior de Justicia. Aquel acto es el más emotivo que he tenido y tendré en mi vida. A Madrid voy a trabajar con ilusión porque me gusta el derecho y soy jurista, pero la que sentí cuando vine aquí estoy seguro que no volveré a sentirla.

Por cierto, ¿sabe ya quién le sustituirá?

--La verdad es que no. Siempre se comentan ciertos nombres, pero no hay nada claro.

¿Deja algo pendiente?

--Me hubiera gustado mucho dejar creado el Juzgado de lo Penal de Mérida.