La ley electoral establece que la forma de participación en los procesos electorales se realiza a través de los partidos políticos en listas cerradas, que presentan en cada comicio, esto es así. Aquí hay opiniones que sugieren que la participación política sería mejor si los partidos políticos presentaran sus propuestas electorales en listas abiertas, ello supondría que el electorado podría cambiar o sea elegir de entre la lista presentada por un partido a aquel o a aquellos candidatos preferidos por cada cual.

Quizás así se reforzaría la democracia y el valor de los propios votos emitidos, también se reforzarían las decisiones a tomar y el cumplimiento de lo que se promete en cada elección, pero lo cierto es que la realidad no lo permite, sabemos que el acta de concejal o diputado se extiende a nombre del particular presentado y los partidos entienden que ese acta es propiedad del partido que con sus siglas configura la candidatura.

Yo pienso que mi acta de concejal me corresponde a mí, por estar extendida a mi nombre pero legítimamente le corresponde a mi partido, en cuya lista fui presentado aceptando la ideología y los planteamientos programáticos de ese partido, por lo que si en el transcurso de la legislatura dejo de estar de acuerdo con la forma de actuar de aquellos a quienes acepté como compañeros, lo obligado sería retirarme y devolver el acta al partido para que mi plaza sea cubierta por algunas de las personas de la lista presentada.

XCUANDOx un partido no obtiene mayoría absoluta se produce una agrupación de los minoritarios y gobiernan juntos los que no han obtenido la mayoría en la confianza de los ciudadanos, lo cual distorsiona el mensaje programático a realizar y ello se podría corregir con la reforma de la ley que muchos piden, estableciendo, por ejemplo, una segunda vuelta en el proceso de elección (en Francia, así se hace).

En mi caso, como alcalde, no tuve que realizar ningún esfuerzo especial en la búsqueda de acuerdos, estando apoyado en las mayorías absolutas que mi lista consiguió, pero ello no fue obstáculo para cumplir con el objetivo de servicio a la ciudad y hacer partícipe a los grupos en la oposición para que sus propuestas contribuyeran a la adopción de los acuerdos.

En cualquier caso, con la experiencia de haber ejercido tareas de oposición, intentando colaborar en el acierto de nuestro trabajo, intentamos siempre el ejercicio de oposición para contribuir al mejor desarrollo de los objetivo que el gobierno municipal había de protagonizar, aunque ello sea difícil de entender, la oposición es tan importante en democracia como el propio gobierno, pero hay que entender su labor de construcción de un bien para todos. Las decisiones tomadas son las que las circunstancias requerían y el bienestar de todos los ciudadanos demandaba, pues una ciudad no puede estar sin la prestación de los servicios indispensables para una convivencia en paz y bienestar.

Un gobierno que esté en minoría, sin contar con la colaboración política responsable de la oposición, no podría cumplir sus objetivos. Ya sé que es tarde y en las próximas elecciones generales del próximo día 26 de junio seguiremos igual, pero se hace necesario que los partidos políticos resuelvan con iniciativas en las Cortes de España cuanto antes estas situaciones de nuestra ley electoral para tranquilidad del sistema y beneficio de la democracia.