El mensaje de Oana Gómez es vitalista, como ella que con 27 años se niega a que su deficiencia auditiva se convierta en una barrera para acceder al mercado laboral y critica la falta de comprensión de la sociedad. Se siente una "privilegiada" por el apoyo con el que siempre ha contado en su entorno y "porque como sorda, no me siento excluida del mundo de los oyentes y eso no es lo habitual".

La conversación con Oana se produce a través de una intérprete en la lengua de signos, a pesar de que ella es capaz de hacerse entender con un hilo de voz. Según cuenta, nació oyente pero perdió la capacidad auditiva a raíz de una enfermedad cuando aún era un bebé. "Aún así nunca he tenido problemas, ni en el colegio ni en el instituto, porque siempre conté con el apoyo de mis compañeros", algo que ella considera esencial para acabar con el aislamiento de las personas sordas. Ella se formó en el CP Moctezuma, de Cáceres, donde contaba con el apoyo de una logopeda que le ayudó a mejorar su capacidad para expresarse "pero iba a clase como uno más", explica.

Tras el instituto, se formó como experta en lenguaje de signos en Madrid, y ahora dirige la Asociación de Personas Sordas, a através de la cual trabaja "por encontrar el apoyo que necesita el mundo de la discapacidad", que según ella debe partir de la comprensión. "Los oyentes deben concienciarse de que la lengua de signos no es un juego", y añade "hay que empezar por la educación infantil, pero eso no basta porque ¿de qué me sirve formarme si no puedo acceder a un empleo?", concluye.