Después de tres días en el hostal Neptuno, donde el ayuntamiento les ha realojado de forma provisional, Sonia Morales y su marido, Jorge Luengo, se muestran confiados en poder dejarlo pronto. "Con un niño de tres años no se puede vivir así, necesitamos una vivienda y esperamos que los responsables del ayuntamiento cumplan su palabra de facilitarnos una de alquiler". Ese fue el compromiso que ayer les hizo Basilia Pizarro, pagarles un mes de alquiler, "¿pero y después?", cuestiona con preocupación Sonia al ser consciente de que "nosotros no podemos ni pagar un alquiler". Su marido es pintor autónomo y ella no trabaja, "y encima tenemos que pagar el crédito que pedimos para arreglar la casa, por lo que no sabemos cómo vamos a afrontar esto".

Asegura que la vivienda de la calle Margallo de la que ahora han sido desalojados, propiedad de los padres de Sonia, estaba muy bien tras la reforma, y que "las grietas empezaron a aparecer justo cuando en el antiguo colegio San Antonio comenzaron a excavar, imaginamos que para hacer los garajes". Están convencidos, por ello, que la responsable de su problema es la constructora, a la que ya anuncian que demandarán. "Pero... y ahora qué".