El pleno municipal de ayer reunía suficientes elementos para ser cualquier cosa menos ordinario, aun celebrándose, como de costumbre, el tercer jueves del mes. Llegaba precedido por peticiones de dimisión, alternativas de última hora y un voto necesario para la alcaldesa, pero en la mano de un edil al que dos semanas antes había expulsado del gobierno. Se anticipaba tenso y lo fue, aunque más en los gestos que en las palabras. No en vano, todos tenían mucho que ganar y más que perder. El cruce de papeles en la mesa del gobierno rivalizó con el cruce de miradas entre el PP en el debate. Hasta que llegó el papel definitivo. Carlos Jurado abandonó su sitio y entregó una nota a Santiago Pavón (IU), en el que se leía "Ayúdanos...". Antes la alcaldesa había hecho llegar otra a su concejal de Economía, e inmediatamente después, Pavón daba su voto al gobierno y arrancaba el compromiso de la empresa mixta de gestión del agua. Y ganaron casi todos. El gobierno consiguió sacar adelante la ansiada operación de crédito para hacer frente a la deuda que ahoga al consistorio. Pavón (IU) pudo imponer su modelo del agua, convertido en logro ante su partido. Y Vela (FC), ser el garante de la gobernabilidad. En cuanto al PP, en los pasillos se hablaba de división interna y voces contra Elena Nevado. ¿Serían esas las miradas?