RIADAS de universitarios invadieron ayer la plaza Mayor para inaugurar el curso universitario a ritmo de canciones, cuerpos pintados y alcohol. La fiesta se inició a mediodía y se prolongó durante toda la tarde en los locales de copas del centro, sin que al cierre de esta edición se hubiera registrado ninguna incidencia destacable. Como es tradición, cada facultad del campus cacereño optó por disfrazar a sus novatos con colores llamativos y una indumentaria particular, reuniéndolos en grupos y provocando escenas divertidas en la vía pública ante la mirada de sorpresa de los ciudadanos.