Hace unos días las calles de nuestra ciudad acogieron el tradicional desfile de estudiantes con sus cuerpos decorados y sus voces al aire cantando las excelencias de las distintas carreras. Daban comienzo las novatadas, que si entre los más jóvenes provocan jolgorio a la gente de bien, tan abundante por aquí, les incita a la crítica. No ven ingenio alguno pero sí chabacanería y están prestos a añorar sus años estudiantiles, cuando al parecer existía ingenio y educación. Basta recordar el saludo que se les preparaba a los novatos en el "Isti". Se llamaba "el bati" y consistía en sentar al "pipi" en la primera de las muchas escaleras que daban acceso al centro y, mientras varios veteranos de "Preu" hacían fuerza sobre sus hombros, otros tantos tiraban de sus piernas haciendo que sus posaderas recorrieran los escalones. ¿Le han cogido el ingenio al asunto? ¿Les parece educado? Pues en aquellos tiempos era una diversión. Los jóvenes piensan que la fiesta está organizada para ellos y quienes han de divertirse son ellos. Naturalmente, no pueden faltar las descalificaciones y el escándalo cuando se refieren al consumo de alcohol pero ¿quién les ha enseñado que toda celebración debe regarse con alcohol?