El novillero cacereño de 14 años, Jairo Miguel de Cáceres, hijo del matador de toros Antonio Sánchez Cáceres, fue operado de urgencia el pasado domingo tras sufrir una cornada de dos trayectorias mientras toreaba su primer novillo de la tarde en su reaparición en la Monumental de México, la plaza de toros más grande del mundo, con capacidad para 50.000 personas.

Jairo Miguel, que evoluciona de forma favorable, volvió a enfrentarse así a la cara más amarga de la fiesta después de que el pasado mes de abril una brutal cornada estuviera a punto de costarle la vida en la también mexicana ciudad de Aguascalientes. Ayer, su padre en declaraciones a EL PERIODICO, confirmó que su hijo se encuentra bien, aún dentro de la gravedad. Sánchez Cáceres anunció que el joven novillero deberá permanecer cuatro semanas convaleciente y calculó que Jairo podría volver a vestirse de luces el próximo 21 de septiembre en la Monumental de Zacatal, una población cercana a Aguascalientes donde su inclusión en el cartel "ha causado una expectación desorbitada", señaló su padre.

Jairo Miguel sufrió una cornada limpia en la región perianal hacia arriba y afuera cuando lidiaba a Navegante, un novillo de 459 kilos, de la ganadería mexicana de Javier Garcias, al que finalmente consiguió darle muerte porque tras la embestida el cacereño se negó a abandonar el ruedo y logró culminar la faena.

La cornada, según relató su padre, presentaba dos trayectorias: una de 15 centrímetros hacia el glúteo, y otra de 10 hacia el esfínter. Sánchez Cáceres explicaba así el momento de la cogida: "En la faena de muletas le prendió el toro y lo lanzó dos metros para arriba. Luego lo recogió otra vez y, en el suelo, le metió el pitón por el glúteo hasta el ano. Sin embargo, Jairo se levantó, no se retiró a la enfermería, siguió toreando, él quiso estar ahí, le pegó varios pinchazos y finalmente lo mató".

Tras la faena, el novillero --que brindó el toro a los médicos Alfredo Ruiz Romero y Enrique González Careaga, que le salvaron la vida en el grave percance que sufrió en Aguascalientes en abril-- fue trasladado a la enfermería. "Allí --continuaba relatando su padre-- los médicos tuvieron que sujetarlo porque él quería salir a matar el segundo". Tras una primera atención en la plaza, fue trasladado a la clínica Angeles Mocel de Ciudad de México, donde fue intervenido quirúrgicamente durante dos horas y media.

Minutos antes de la operación, el joven --que no ha llegado a perder la consciencia-- habló telefónicamente con su madre, Celia Rosa Alonso (que se encuentra en Cáceres), para tranquilizarla. Ayer, Jairo continuaba ingresado, eso sí, con muchos dolores, "porque la cornada es muy molesta y peligrosa ya que este tipo de heridas no se pueden cerrar, tienen que cicatrizar solas y deben tener un drenaje para evitar infecciones internas. Hay que estar lavándole cada dos horas", dijo Sánchez Cáceres.

Era la tercera vez que Jairo toreaba en la Monumental de México. El domingo lo hizo vestido de gris perla y oro, combinado en plata, regalo de sus paisanos Pedro Beltrán y Claudia, su esposa. Jairo reapareció el 10 de agosto en Monterrey. Tras su cogida de abril, el novillero se ha convertido en el niño torero más famoso del mundo y sus hazañas --que realiza en América porque en España no puede debutar como novillero hasta los 16-- han levantado un gran debate social.