Cuenta le leyenda que la reina Católica con sus propias manos bordó en el rojo pendón de San Jorge las nuevas armas de la villa, que han perdurado hasta el momento presente, así como el sello oficial del ayuntamiento. Pero no es sólo relevante el hecho de que doña Isabel la Católica tuviese entre sus manos el lienzo rojo que nos ocupa, sino además el que con su buen hacer y delicado tacto consiguió que se eliminasen la dualidad de sellos, el castillo por una parte y el león por otra, pues como se sabe el 23 de abril de 1229, como consta en los archivos, las huestes de Alfonso IX de León reconquistaron definitivamente para el mundo cristiano Cáceres, de esta forma la villa adopta como sus armas la de su monarca, es decir, un león.

También tanto Fernando IV (el amplazado) como más tarde Fernando III de Castilla utilizaron sus tropas a favor de la villa de Cáceres, lo que favoreció la idea de que algunos caballeros, de los asentados en esta ciudad, utilizaran oficialmente el escudo de Castilla: el castillo. Y es en este momento cuando surgen conflictos derivados de unas y otras armas, tan legítimas las primeras como las segundas. El uso de los sellos oficiales: el león y el castillo divide a esta ciudad en dos facciones bien diferenciadas.

Los cacerenses sufren esta situación hasta que con la llegada de los Reyes Católicos y gracias a la acertada actuación de Isabel la Católica desaparece este enfrentamiento, pues consigue la reina la eliminación de dicha dualidad, es así que en la quinta de las ordenanzas que doña Isabel dio a Cáceres el día 9 de julio de 1447 se lee: "Item mando y ordeno, que luego la justicia, regidores de esta villa, desfagan los dos sellos que tienen del concejo y faga uno, y no mas, que tenga un escudo de armas, y en la mitad del aya un castillo, y en la otra mitad un león; las quales dichas Ermas yo doi por armas propias suyas a la dicha Villa de Cáceres para siempre jamás, y que este sello esté siempre en poder de uno de los regidores y del procurador".

No se le puede negar a esta reina la importante contribución a esta ciudad al tomar tan hábil y acertada decisión. Nuestra bandera concejil ha sido testigo en las conmemoraciones de la reconquista de la ciudad.

Desde los años sesenta se encuentra en el despacho de la alcaldía, esta pieza emblemática de la historia local abandonará dicho despacho para ser restaurada y preparada, posteriormente formará parte de los fondos museísticos de la Sala Municipal de Exposiciones, que coincidiendo con las obras de restauración de este edificio en los próximos meses, y una vez que la Comisión de Cultura dio en el pasado mes de enero el visto bueno al proyecto de remodelación, conformará el tesoro municipal.

Sin duda, supondrá un gran enriquecimiento para la Sala Municipal de Exposiciones la existencia de la pieza más representativa de nuestra ciudad, donde la historia y la leyenda se entrecruzan en esta tela y que por diversos motivos ha estado restringida a la vista del público exceptuando en puntuales y contadas ocasiones.

Con objeto de que luzca como merece, tal pieza histórica se ha puesto en manos expertas, habiendo sido analizada recientemente por restauradores que se encargarán de tratarla y acondicionarla con acertadas y depuradas técnicas.

Como es de imaginar no es la primera vez que el pendón es restaurado, a lo largo de la historia ha sido acogido con las labores artesanales más adecuadas en cada momento para su mejor cuidado. Podemos citar en 1775 una de las intervenciones que tuvo lugar y que además se sabe que se encontraba en estado de deterioro evidente por el uso en siglos anteriores. Se hace fortalecer con un tafetán carmesí que da al Pendón de San Jorge su aspecto cromático actual. Una vez realizada esta delicada obra pasa a ser custodiada por el Marqués de Camarena la Real, Vicente de Ovando, que lo situó y cuidó en su propia casa.

Existen otras intervenciones, una de ellas en el segundo tercio del siglo XIX, otra en 1964 siendo alcalde Díaz de Bustamante, quien decide antes de colocarlo en su despacho limpiar y restaurar tal joya municipal. El valor de la tela ha sido resaltado por varios investigadores, siendo su opinión: de incalculable valor dada su antigüedad, el valor del bordado, etc. Pero, evidentemente, no es sólo el valor material, es más alto el valor simbólico, lo que supone para todos los cacereños, que además de por su significado nos sentimos orgullosos por tener la bandera concejil mas antigua de España y la primera en la que aparecen unidos los símbolos de dos reinos: el de Castilla y el de León.

Ahora que todo tiende a disgregarse, a dividirse, Cáceres puede decir que desde hace siglos su Pendón evidencia históricamente la unión, la unidad de los pueblos.