El borrador de la futura ordenanza del ocio niega de forma taxativa la posibilidad de que aquellos negocios instalados en zonas saturadas puedan hacerse con más metros cuadrados a partir de otros colindantes. El borrador establece en el artículo 20 que "en ningún caso se concederán licencias para la ampliación de los establecimientos ya existentes y con licencia legalmente reconocida", en las zonas de especial protección que se definieron en la ordenanza de 1996 y pretende mantener el nuevo texto.

El borrador añade nuevas restricciones a las que ya se establecen en el texto en vigor. Se trata de cuatro párrafos en los que se recogen excepciones y se matizan algunas cuestiones a las que deberán ceñirse los locales de esta zona.

Entre ellas concreta que aunque no se concederán licencias de apertura a nuevos establecimientos ni licencias para ampliar los ya existentes, sí lo harán para el caso de que quieran cambiar de actividad: "aquellos establecimientos ya existentes y con licencia de apertura" en los que lo que pretenda sea "reforma, modificación o transformación del objeto de su actividad, debiendo justificarse en todo caso el cumplimiento de la normativa vigente en materia de seguridad, salubridad, tranquilidad y ornato público", según establece el borrador, que alude al resto de la normativa aplicable a la actividad que desempeñen.

En este sentido considera que "existe modificación de licencia de actividad cuando se altere la configuración o diseño del local o la propia actividad" y señala de que "el cambio de una actividad a otra que tenga mayor horario de funcionamiento" conllevará "una nueva licencia municipal en la que se contemple la modificación que se pretende ejecutar".

Además, tal y como recoge la actual ordenanza, el ayuntamiento se reserva la capacidad de declarar nuevas zonas protegidas, así como la de acordar el cese de los efectos cuando desaparezcan las causas que motivaron la protección.