Una de cada tres cacereñas que montan una empresa lo hacen tras abandonar otros trabajos que no les satisfacen, bien por su escasa remuneración, sus precarias condiciones laborales o simplemente porque no les gusta lo que hacen. Y, a pesar de ello, las empresarias cacereñas están entre las que más empleo generan, junto a las de Sevilla o La Coruña, según se desprende de los últimos datos facilitados por la oficina del Programa de Apoyo Empresarial a la Mujer de la Cámara de Comercio de Cáceres y un estudio comparativo nacional de todas las Cámaras de España sobre este servicio.

En lo que va de año en Cáceres, 220 mujeres han solicitado información en este servicio cameral para sacar adelante su proyecto empresarial, lo que ha dado como resultado el nacimiento de 55 nuevas empresas en la provincia por iniciativa femenina, que han creado unos 150 puestos de trabajo.

EL PERFIL MAS HABITUAL El perfil de la nueva empresaria cacereña, según el de las usuarias del servicio de asesoramiento de la Cámara, es de una mujer de entre 25 a 45 años, con estudios superiores y trabajo o con menos de un año de desempleo e interesada en empresas del sector servicios, sobre todo comercio.

El 34% de las mujeres que deciden colocarse por su cuenta tenían antes un empleo y el 37% llevaba en el paro menos de un año. Ambos datos reflejan que la mayoría de las mujeres ven en el autoempleo "una salida al paro, pero también un intento de mejorar su situación laboral", explica Carmen Muñoz, la responsable de la oficina cacereña. "Muchas tienen trabajos temporales; o mal pagados; o necesitan una jornada más acorde con sus necesidades, o no les satisface el empleo actual, como es el caso de algunas funcionarias que han pasado por aquí", añade Muñoz.

UNA SALIDA A PARTIR DE LOS 45 Otro de los rasgos predominantes en el perfil de las cacereñas emprendedoras es que la mayoría poseen estudios universitarios, más del 36%, aunque es significativo que el nivel de formación académica de casi el 28% no llega ni al bachillerato o la formación profesional.

Aunque la edad media de quienes se decantan por el mundo empresarial oscila entre los 25 y 45 años, se ha detectado un aumento de casos de mujeres de edad más avanzada que llevan años separadas del mundo laboral, o incluso que nunca han trabajado, y que ven en la empresa su única salida profesional. "Son mujeres que han sufrido un cambio en sus circunstancias personales, porque se han separado o los hijos se han hecho mayores, y necesitan o quieren trabajar y nadie las contrata", asegura Carmen Muñoz.

En cuanto al tipo de actividad, "la mentalidad no ha cambiado mucho", confiesa Muñoz. Las mujeres siguen prefiriendo el sector servicios, sobre todo el comercio (tiendas de ropa o menaje, alimentación...) o la educación (academias). La responsable del servicio tiene una explicación y es que para una mujer "es muy difícil abrirse un hueco en un sector típico masculino", como la construcción; pero "un hombre no tiene problemas en el caso contrario, por ejemplo si abre una peluquería". Aún así, Muñoz es optimista: "Nos costará todavía unos años, pero ellas se están introduciendo poco a poco en otros sectores".