Un conductor resultó ayer herido leve al colisionar su vehículo con un pivote en la confluencia de las calles León Leal y Antonio Silva. El poste, de un metro de altura aproximadamente y pintado en verde botella, se ha convertido en un reciente punto negro para la circulación rodada dentro del casco urbano, ya que acumula al menos una decena de incidentes de tráfico en unos dos meses, según vecinos y empresarios de la zona, aunque este extremo no pudo confirmarse con la policía.

Ayer un Wolkswagen Passat fue el último vehículo siniestrado en este punto al chocar frontolateralmente con el pivote cuando giraba desde la calle León Leal hacia Antonio Silva. Su conductor, J. D. G., sufrió una fuerte contusión en la cabeza al golpear con ella la luna del coche, que se resquebrajó por la fuerza del impacto.

"NO SE VE" El herido no necesitó inicialmente asistencia sanitaria y salió por su propio pie del vehículo. "No he visto el poste. Si tuviera rayas blancas y rojas podría verse mejor, pero con este color... Aquí se mata cualquiera. Pienso ir contra el ayuntamiento", declaró minutos después del siniestro a este diario.

La policía local y el equipo de atestados acudieron al lugar para realizar un informe. No es la primera vez que lo hacen por el mismo motivo, como muestra la imagen inferior que aparece junto a estas líneas tomada tras un siniestro similar ocurrido el 15 de diciembre por la noche. De hecho, los pivotes que salvan la isleta de Antonio Silva en su punto más próximo a León Leal han pasado muchas vicisitudes.

Inicialmente, tras la remodelación de la zona que llevó a cabo el ayuntamiento después de verano, se instaló un único pivote bajo en el extremo. "Duró escasamente seis horas porque todos los coches se empotraban con él", comentó ayer un vecino de esta calle.

El ayuntamiento instaló posteriormente dos pivotes altos en paralelo para evitar que los coches invadieran la isleta. Uno de ellos fue arrancado hace unos días en otra colisión y ayer sólo quedaba uno. "La noche antes de Nochebuena, al menos hubo cinco o seis choques con el poste. Caen como moscas", aseguró el dueño de un bar cercano.