En el centro de exposiciones San Jorge hay dos pasillos con el suelo empapelado de plástico y dos grandes mesas en las que los alumnas y alumnas de tercero de Primaria del colegio Sagrado Corazón elaboran los animales para el arca de Noé del siglo XXI, que recorrerá mañana el casco antiguo en el pasacalles de clausura. "Utilizamos papel de periódico, harina y agua", explica Yanoski Mora, un artista cubano que, junto a su hermano Filiberto, dirige uno de los talleres para los niños del festival.

El panorama es excitante. Los niños disfrutan de lo lindo pintando sus creaciones, hechas en material reciclado y de una belleza sencilla. Para los Hermanos Mora es su primera experiencia fuera de Cuba, donde también trabajan con niños discapacitados psíquicos de La Habana y Regla.

En otro pasillo está Sandra y sus compañeras de clases. Rubia, con grandes ojos y sólo nueve años, está haciendo máscaras y brazaletes para el pasacalles con cartón y papel brillante. "Es la primera vez que vengo a un taller y es muy divertido", apunta. Ninguna se ha ido al recreo en toda la mañana, explica uno de los colaboradores de Malarky, nombre de la cooperativa de artistas galeses que se encarga de este taller. "La idea del Arca de Noé y de los animales sirve para que se conciencien sobre la ecología y el medio ambiente", añade. La sorpresa llega en otra sala donde alumnas de Trujillo realizan una reproducción del arca, también en cartón, para soñar más.