La Junta ha tomado una decisión que intenta arreglar cuatro problemas a la vez. Traslada el Conservatorio de Música y el Centro de Profesores, ocupa una parte de la antigua Universidad Laboral y adecua la Escuela de Idiomas. Es de suponer que al concederles más espacio se satisfagan las necesidades de esta última y nadie se quede sin matricularse para aprender o perfeccionar un idioma por falta de espacio. El caso de la Universidad Laboral es un ejemplo más de los muchos edificios oficiales que están abandonados o infrautilizados. En este caso tratándose de un amplísimo recinto en el que además de salas en las que impartir clases se dispone de varios servicios que pueden ser utilizados por toda la población como son los campos de deportes, la piscina climatizada y otra al aire libre, etc.

Como era de esperar, el traslado del Conservatorio ya ha suscitado controversias porque en esta ciudad, a pesar de ser pequeña, todo tiene que estar en el centro. Como si los barrios no fueran adecuados para acoger algunos servicios públicos. Hay quienes se quejan de la distancia que deben recorrer para llevar y recoger a sus retoños pero me parece que es igual que la que en estos momentos tiene que recorrer una familia que viva en la Mejostilla y menor que las que viven en Aldea Moret, que también tienen derecho a ir al Conservatorio, al hospital y a cualquier clase de servicio.

Causa asombro que en una ciudad en la que se utiliza el coche para ir a comprar tabaco se escandalicen porque deban recorrer un par de kilómetros para ir a un conservatorio. Claro que a lo mejor algunos se quejan porque allí no es necesario practicar el deporte favorito de muchos cacereños: aparcar en doble fila. Por otra parte, es un lugar con servicio público de autobuses que supongo aumentarían su horario estratégicamente cuando fuera necesario. Además, creo que el centro está menos poblado que algunos barrios.