La situación de la obra del futuro hospital de Cáceres parece desatascarse con la última sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, que avala al gobierno regional para adjudicar a otra empresa los trabajos pendientes para concluir la primera fase del proyecto. El juez antepone en la sentencia el interés general que afecta a la decisión de la Junta (romper el contrato) al tratarse de una infraestructura sanitaria, al interés particular de la empresa al negarse a acatar la decisión. Se agota así la vía abierta por la UTE que realizaba los trabajos, al solicitar como medidas cautelares que la Junta no pudiera retomar la obra en la que trabajaban desde 2007 hasta que se resolviera el recurso que habían interpuesto contra la administración autonómica. En todo caso, queda aún por resolver el recurso en sí, tal y como señalan, primero el auto del juzgado y después la sentencia del TSJEx, que recuerdan que solo se pronuncian sobre las medidas cautelares.

"El estado de paralización en el que este gobierno se encontró el nuevo hospital de Cáceres ha sido una de las herencias más difíciles que hemos tenido que gestionar", afirma el consejero de Salud, Luis Alfonso Hernández Carrón, que señala el "tortuoso y largo proceso administrativo y legal para recuperar la obra". Carrón subraya que "aunque el camino andado ha sido muy espinoso, el hospital será una realidad", y recuerda los 15 millones comprometidos para terminar este año la primera fase, lo que "se licitará en un breve espacio de tiempo".

El futuro hospital de Cáceres será "una referencia internacional en eficiencia e innovación en materia sanitaria y técnicas de cirugía mínimamente invasiva", añade el consejero, que garantiza que el ejecutivo autonómico dotará a este complejo de la "tecnología sanitaria más avanzada".

Bloqueo

Durante casi dos años, la situación del futuro complejo hospitalario de Cáceres ha sido de bloqueo, primero por la resolución del contrato en sí y posteriormente por el proceso judicial abierto a instancias de la UTE. La Junta inició en abril del 2013 los trámites para romper el contrato con la empresa, después de que constataran meses antes la situación de paralización de los trabajos de los que venía alertando la dirección facultativa desde hacía un año. En sucesivos informes, los técnicos del proyecto explicaban desde principios de 2012 que el número de operarios había ido decreciendo de forma considerable en la obra y que,paralelamente, había disminuido la facturación, en lo que suponía una ralentización de los trabajos en el Cuartillo.

Los arquitectos alertaban de que con ese ritmo de trabajo sería imposible cumplir con el plazo de ejecución, que ya se había incrementado en 24 meses. El coste se había encarecido además en 9 millones de euros, pasando de 44 millones a 53, tras un primer modificado solicitado por la UTE en 2011. Tras la petición de un segundo modificado por 9 millones y ante la constatación de la subdirección de Obras del SES de los problemas sobre el terreno de los que alertaban los técnicos, se iniciaron los trámites para resolver el contrato. En septiembre de 2013, el Consejo Consultivo autorizaba al gobierno autonómico a dar el paso.

La empresa recurrió ante el juzgado la ruptura del contrato en diciembre de 2013 y solicitó como medidas cautelares que el contrato continuara en vigor mientras se resolvía el recurso (esto impedía contratar a otra empresa para acabar la obra) y que la Junta no retuviera el dinero depositado por la UTE como garantía (2,3 millones). El juzgado y después del TSJEx han denegado ambas peticiones, lo que en la práctica da luz verde al ejecutivo autonómico para seguir con el proyecto y recuperar los 2,3 millones de garantía.

Paralización de la obra

La situación actual en la parcela del Cuartillo en la que se levanta el nuevo hospital es de paralización. Lo es desde hace casi dos años, cuando el SES anunció oficialmente que detenía la obra, en febrero de 2013, por los desencuentros con la unión de empresas que ejecutaba los trabajos, integrada por Joca, Placonsa y FCC. Antes de ese momento, se había ampliado en tres ocasiones el plazo de ejecución de las obras, que inicialmente era de 42 meses. Según el mismo, la primera fase del hospital debía haber terminado en agosto del 2010. Después de esa ruptura, poco ha cambiado en la parcela más que en la desaparición de parte de la maquinaria de obra y la imagen abandono.

La primera decisión judicial que dio via libre a la Junta para retomar el proyecto del hospital llegó en septiembre del 2014. La empresa la recurrió y sobre ese recurso es sobre lo que se pronuncia ahora el TSJEx. Hasta entonces, apenas se habían dado pasos sobre el proyecto, más allá de la adjudicación a una consultora de un proyecto de estudio para determinar el estado de la obra y el alcance de los daños, principalmente en las instalaciones, tras dos años sin actividad.

Unos días después de conocerse ese auto, el ejecutivo autonómico sacó también a licitación el concurso para redactar los trabajos pendientes para completar esta primera fase. Según la información del SES, lo que resta por ejecutar es un 10% del proyecto.

El concurso se adjudicó en diciembre a Argola Arquitectos (el mismo estudio que, junto a Andrés Perea diseñó el hospital) y la previsión es que los trabajos comiencen a lo largo de este año.

Demanda histórica

La construcción del nuevo hospital es una histórica demanda de la ciudad, más allá de los 12 años que han pasado desde que se iniciaran los primeros trámites del proyecto con la cesión de terrenos por parte de la diputación.

Distintos colectivos han puesto en ese tiempo el acento en la necesidad de que Cáceres cuente cuanto antes con esa infraestructura sanitaria "amplia y moderna" que se comprometió. El Colegio de Médicos de Cáceres ha pedido siempre más celeridad en todas las fases. "Nos alegra que por fin se pueda retomar la obra", afirma Carlos Arjona, presidente del Colegio de Médicos, que advierte en todo caso que "es importante comenzar rápidamente la segunda fase, agilizar los plazos, determinar si se va a mantener el plan de ordenación anterior o si se va a modificar", añade.

El plan de ordenación es el que determina qué va a incluir esa segunda fase, que sería la fase clínica. La primera estaba concebida como la fase quirúrgica (15 quirófanos, 204 camas, 16 puestos de UCI, unidad de corta estancia...) mientras que la segunda fase pendiente (la que aglutina lo que inicialmente se concibió como segunda y tercera fase) contempla el bloque médico (principalmente con las consultas externas, el hospital de día, el materno...)

La segunda fase

Arjona también subraya la idoneidad de que, tal y como ha definido ya el SES, no se ponga en marcha el hospital hasta que la obra concluya por completo "porque obligaría a hacer traslados continuos a pacientes y a médicos", argumenta.

Por parte de los ciudadanos, la plataforma Pro Hospital también ha pedido a las distintas administraciones pasos definitivos para que el hospital sea una realidad cuanto antes. "Es una situación rocambolesca, con muchos años de demora y muchas promesas que no se han cumplido", subraya Luis Palomo en nombre de la plataforma Pro Hospital. "Todo se está haciendo muy lento", añade.

Y en medio de tantas dilaciones, entre el Cáceres en el que se proyectó el nuevo hospital y el Cáceres actual también ha habido cambios, no en vano, ha pasado más de una década, tiempo suficiente para que se hayan puesto en pie otras infraestructuras sanitarias, como los centros de salud de Nuevo Cáceres y Mejostilla; mientras el complejo hospitalario destinado a ser el centro de referencia de la provincia de Cáceres sigue esperando. Los hospitales San Pedro de Alcántara y Virgen de la Montaña resisten, entre tanto, con algunas actuaciones de mejora destinadas a paliar los efectos del paso del tiempo. Y el tiempo se agota para ambos mientras Cáceres espera que en 2015 resurja su nuevo hospital.