Los superlativos se repetían ayer entre los miembros del movimiento vecinal cacereño que fueron invitados a recorrer el nuevo hospital: «impresionante», «faraónico», «espectacular»... No exageraban. La mayor obra realizada en la capital cacereña en las últimas décadas dejó boquiabierta a la comitiva, no solo por las dimensiones del complejo -- 57.000 metros cuadrados solo en su primera fase---, sino por el equipamiento puntero que se incorporará a la atención sanitaria en todas las unidades, y por las características del propio edificio: moderno, cómodo, especialmente luminoso y con un diseño funcional que responde al modelo práctico de los nuevos hospitales.

La visita fue organizada por el Servicio Extremeño de Salud. Era un compromiso adquirido con el movimiento vecinal cacereño (la Agrupación de Asociaciones de Vecinos, la Federación Vecinal y la Plataforma ‘Cáceres se Mueve’), un colectivo que ha tomado las riendas de la reivindicación para lograr un hospital digno. Ayer comprobaron la evolución de esta obra que se anunció hace 19 años y se inició hace 12, pero que ahora sí ha entrado en su recta final. El interminable periplo por pasillos, quirófanos, zonas administrativas, consultas, almacenes e instalaciones dejó claro ayer que la mayoría de las zonas están prácticamente terminadas, a la espera de las últimas dotaciones, ya visibles en algunas áreas.

De hecho, Ceciliano Franco, director gerente del SES, estuvo presente en la visita y confirmó que el recinto podrá estrenarse el próximo otoño, a ser posible en los primeros días de noviembre. En agosto comenzará la introducción del mobiliario y poco después del grueso del equipamiento. Ya se está contactando con empresas de traslados y se trabaja con los profesionales clínicos de los hospitales San Pedro de Alcántara y Virgen de la Montaña para coordinar esta mudanza colosal.

«Estoy más impresionado de lo que esperaba. Pensé que iba a encontrar la obra en otras condiciones, pero le faltan pocos meses... Llama la atención las dimensiones, los equipamientos y las novedades que van a introducir», explicó al término de la visita José Alberto Iglesias, presidente de la Agrupación de Vecinos. «Pero no nos olvidemos de la segunda fase, necesitamos un hospital provincial completo», subrayó. Esta nueva fase se licitará en 2019, según el compromiso adquirido desde la Junta de Extremadura.

«Es un proyecto faraónico, no se puede destacar una parte sobre otra, en general me parece estupendo, ni punto de comparación con los hospitales que tenemos ahora mismo. Esperemos que la segunda fase sea rápida», declaró Eduardo Conde, portavoz de la Plataforma ‘Cáceres se Mueve’, tras un itinerario de más de una hora por el nuevo recinto.

La visita comenzó por el semisótano, recorriendo la vasta zona de la cocina, formada por varias salas que suman 1.500 m2 y que han supuesto una inversión en equipamiento de 1.628.000 euros, además de 562.000 euros de carros de termalización. Muchos metros después, siguiendo los pasillos semicirculares del nuevo recinto, se llega a la zona de Urgencias, que destaca por sus 2.000 m2 de estancias diáfanas, salas de espera y múltiples recursos, como los cuatro boxes de paradas o la zona de observación, donde se podrá monitorizar a la vez a numerosos pacientes en línea.

BÚNKER DE RADIOTERAPIA / También llama la atención el búnker que alojará el primer acelerador lineal de servicio público en Cáceres, de última generación, para los pacientes de oncología radioterápica que luchan contra el cáncer. Muy cerca se localiza el gran hall de entrada con escaleras mecánicas y cristaleras con vistas a los Llanos. Desde allí se accede a las consultas externas.

Los representantes vecinales se recrearon en la zona quirúrgica, donde se aprecia especialmente el salto tecnológico y de mejora en la asistencia que supondrá el nuevo hospital, con sus 16 quirófanos, algunos ya equipados por completo, y con los 16 boxes de Reanimación y UCI. También están concluidas las habitaciones de hospitalización, de unos 25 m2 cada una, donde permanecerán ingresados los pacientes en las más de 200 camas de la primera fase. Tendrán amplios ventanales, armario empotrado de doble hoja, un holgado baño adaptado y colores muy acogedores.