La nueva versión del Plan General Municipal (PGM) que tramita el Ayuntamiento de Cáceres cae en una serie de ilegalidades que pueden obligar a reiniciar todo el proceso, como ha pasado con la primera versión por otras causas, o a que sean los tribunales de lo contencioso-administrativo, e incluso de lo penal, quienes tengan la última palabra.

El Corte Inglés

Una de esas ilegalidades es la operación de reclasificación del solar de las Carmelitas, en la actualidad con uso docente, que se convertiría en tres parcelas con uso docente, comercial, terciario (oficinas) y residencial libre. La Ley del Suelo de Extremadura establece en su artículo 80.4 que toda parcela que tenga uso docente, sanitario o similar (uso dotacional) deberá mantener en los nuevos planes el uso dotacional o, en todo caso, dedicarse a usos públicos o a viviendas de promoción pública. Parece evidente que la reclasificación aplicada al solar de las Carmelitas en el nuevo PGM no está permitida por la citada ley. Por ello no sería de extrañar que si no se subsana esta irregularidad el PGM, e incluso las autoridades que lo aprueben, podrían acabar en los tribunales.

Además, esta operación en el citado solar tiene, a juicio de esta asociación, otro grave problema: el tráfico. Sólo es necesario tener en cuenta la situación de bloqueo del tráfico que se produce en las entradas y salidas del Centro Comercial Ruta de la Plata en fechas y horas claves y trasladar ese problema a unas arterias vitales para la ciudad como son la Avenida Virgen de Guadalupe y la de San Pedro de Alcántara para comprender la magnitud del problema, que parece no interesar a nuestras autoridades.

El aeropuerto

Tras las promesas, más o menos creíbles o electoralistas, del presidente de la Junta de promover la instalación en Cáceres de un aeropuerto privado, la nueva versión del PGM contempla la clasificación de una zona para instalaciones aeroportuarias en torno al actual aeródromo de La Cervera, y aquí se encuentra la segunda ilegalidad. Por un lado la zona reservada se sobrepone a un tramo de la calzada romana de la Vía de la Plata, declarada Bien de Interés Cultural. Esta protección como BIC supone la prohibición de construir cualquier tipo de instalación sobre la misma, e incluso en su entorno. Instalaciones aeroportuarias incluídas.

Pero además el suelo reservado para aeropuerto se ubica en el corazón de la ZEPA de Los Llanos de Cáceres. En el mismo PGM se afirma que "la localización del futuro aeropuerto de Cáceres coincide con una zona de querencia tanto para grullas como para avutardas", lo que, afirmamos nosotros, puede suponer un grave peligro para la conservación de esta avifauna, pero especialmente para la seguridad de los vuelos, si tenemos en cuenta que se trata de dos especies ornitológicas de grandes proporciones. Incluso el plan rector de la ZEPA, ahora en suspensión, prohibe en esta zona los vuelos por debajo de los 1000 metros. Desde nuestro punto de vista la ubicación de este hipotético aeropuerto debería trasladarse a otro sitio. ¿Dónde? En el arco que va desde la carretera de Badajoz hasta la de Valencia de Alcántara y desde ésta hasta la N-630 hay espacio, condiciones y parajes suficientes.

Un plan especulativo

Los expertos en urbanismo afirman que cuando un plan urbanístico prevé un crecimiento en su parque de viviendas de más del 20% sin una justificación demográfica o turística es un plan con un objetivo claramente especulativo. También afirman los expertos que cualquier suelo rústico que se reclasifica como urbano pasa automáticamente a tener el máximo valor especulativo posible. Si aplicamos estas consideraciones a este PGM, que prevé un crecimiento de más del 300% en su suelo urbanizable para los próximos 50 años, sin ningún estudio demográfico que lo avale, sólo podemos concluir que estamos ante un plan especulador y nos quedaría por pedir que alguna investigación seria nos diga quiénes van a ser los propietarios de suelo más favorecidos por esta reclasificación masiva, injustificada y especuladora.

Los niveles de prioridad

Esta masiva y escandalosa reclasificación de terrenos en suelo urbanizable conlleva el riesgo de favorecer la aparición de núcleos de población alejados del casco urbano actual y por tanto la creación de una ciudad desgajada e incoherente. Los promotores del plan y las autoridades municipales lo descartan afirmando que el plan contempla tres niveles de prioridad que serán los que determinen el ritmo y dirección del crecimiento de la ciudad. Pero esta afirmación es falsa ya que los niveles de prioridad establecidos son sólo orientativos puesto que la Ley del Suelo de Extremadura permite a los ayuntamientos aprobar proyectos de urbanización presentados por promotores privados en cualquier paraje del nuevo suelo urbanizable (tenga el nivel de prioridad que tenga). Y teniendo en cuenta la demostrada escasa responsabilidad urbanística de nuestras autoridades el temor al desarrollo de esa ciudad desgajada es más que compresible.

Con todo lo dicho en Adenex creemos que el nuevo PGM debería reclasificar sólo los terrenos necesarios para el crecimiento de la ciudad en los próximos diez o quince años que es la meta que se marcan los planes urbanísticos coherentes y que no se realizan con un interés especulativo. Y no promover, como hace éste, la revalorización de terrenos que no son necesarios para el crecimiento de la ciudad a medio plazo.

Corominas

Coincidimos en ello con Javier Corominas, presidente de la Agencia Extremeña de la Vivienda. El problema es que a Corominas parece no bastarle el aumento del 300% del suelo urbanizable y para desarrollar otro de sus PIR se ha buscado suelo que el Plan había dejado como especialmente protegido en la falda de la Montaña, de manera que si el PIR de Olleta sale adelante dejará ya desfasado el nuevo PGM que todavía no se ha aprobado. Reclasificación sobre reclasificación. Especulación sobre especulación. Disparate urbanístico sobre disparate urbanístico. Parece que en esta ciudad las autoridades municipales y las regionales compiten por cometer el mayor de esos disparates urbanísticos en lugar de promover un urbanismo coherente y sostenible.