Los datos de la Jefatura Provincial de Tráfico desvelan que el número de fallecidos en las carreteras cacereñas ha descendido de 37 a 17 en el primer semestre de este año en comparación con el mismo periodo del 2004. Este hecho puede atribuirse, según el jefe provincial, al mayor uso de elementos de seguridad (cinturón, casco...) y a la influencia de las campañas de tráfico.

Las carreteras con más siniestralidad son las de mayor circulación: A-5 y la N-630. La primera genera confianza y distracciones por su buen estado. La N-630 provoca choques por alcances y adelantamientos debido a la impaciencia del conductor.