El amplio complejo que forma el templo de la Preciosa Sangre --siglo XVIII--, cerrado durante largos años al público, está siendo objeto de profundas mejoras para abrir sus puertas en los próximos meses con contenidos atractivos y a la vez respetuosos con el patrimonio. A las reformas ya en marcha tanto del aljibe jesuitico --uno de los mayores y más importantes del país--, como de la cripta --albergará un museo innovador de la Semana Santa y una sala de conciertos y exposiciones--, ambas acometidas por el ayuntamiento con fondos europeos, se unirá la apertura de la planta principal por parte del obispado y su habilitación como museo religioso diocesano. Pero además, la Iglesia estudia la apertura al público de una de las torres, que se convertiría en un mirador excepcional sobre el casco antiguo, la ciudad y los campos del entorno.

La puesta en valor del templo es fruto de un convenio firmado entre el ayuntamiento y la Diócesis de Coria-Cáceres por 25 años. El ayuntamiento tiene previsto concluir sus obras antes de fin de año --dotadas con 210.000 euros más 180.000 para equipamiento--, y el obispado también acaba de concretar sus planes a este periódico. El más inmediato consiste en la reapertura al público de la planta principal, que tendrá lugar hacia febrero o marzo, y para ello ya se está adecentando todo el interior.

"Los trabajos corren por cuenta de la Dirección General de Patrimonio, puesto que la Junta ha sido la que ha utilizado últimamente el recinto con fines culturales. Consisten en la revisión del cableado, arreglo de bancos, limpieza de retablos, encalado, puesta a punto de cubiertas y algunas restauraciones", explica el sacerdote José Antonio Fuentes, delegado diocesano de Patrimonio.

MUSEO Y MIRADOR Paralelamente, el obispado trabaja en otros dos proyectos: la creación de un museo que albergará fondos religiosos representativos de la historia y el arte de la Diócesis de Coria-Cáceres, y la apertura de una de las torres del templo. En cuanto al primero, los preparativos ya están en marcha. El obispado se ha puesto en contacto con parroquias, cofradías y otras agrupaciones para informarles de su objetivo e invitarles a ceder algunos fondos a dicho proyecto común. "No es fácil recabar piezas interesantes, porque cada municipio o cada colectivo tiende a querer mantener lo propio. También estamos abiertos a la cesión de bienes particulares durante un cierto periodo", señala José Antonio Fuentes.

Por todo ello, la diócesis prevé crear paulatinamente el museo con la incorporación de sucesivas vitrinas a medida que se incorporen más fondos. "Incluso sería oportuno denominarla en principio exposición permanente, porque un museo implicaría muchos requisitos", subraya el sacerdote. Paralelamente se está gestando un equipo de profesionales que guiará el proyecto.

Respecto a la posibilidad de acceder a una de las torres, la idea ha partido del propio obispado y ya cuenta con el respaldo de una entidad privada que financiaría las obras necesarias, y que de momento se mantiene en el anonimato. "Costearía la instalación de un ascensor interior al fondo del templo, junto a la escalera, que permitiría subir a los visitantes hasta la plataforma del coro, para continuar a pie hasta la torre", explica el responsable diocesano de Patrimonio.

Aunque profesionales de la arquitectura ya están analizando la propuesta y su viabilidad, así como cuál de las dos torres sería la más indicada, todavía no hay nada definitivo. "Habrá que redactar un proyecto detallado y remitirlo a la Dirección General de Patrimonio, que tendrá que aprobarlo o desestimarlo según su criterio. Pero la intención existe, sería una opción muy interesante", precisa el sacerdote.