El valor del casco histórico cacereño va más allá de sus palacios, torres e iglesias. El catálogo patrimonial de la ciudad lo completan las casas de construcción más sencilla que, en la mayoría de los casos, conservan una de las joyas de la arquitectura popular cacereña: las bóvedas.

Los trabajos de rehabilitación que se han llevado a cabo en los últimos diez años han permitido que actualmente se conserven en el casco viejo unas 8.000 bóvedas, la mayoría de doble rosca (con el ladrillo de canto), lo que supone un auténtico tesoro patrimonial. "Es el elemento arquitectónico más singular y característico de la parte antigua", confirma el responsable de la Oficina de Rehabilitación de Cáceres, José Luis Sánchez de la Calle.

También es uno de los elementos de "alta y especial protección". Son escasas las licencias de rehabilitación que autorizan demoler una bóveda. Sólo puede hacerse en el caso de que esté muy deteriorada o que esté muy justificado su derrumbe. "De todos modos --explica Sánchez de la Calle--, el interés de la mayoría de las casas está en sus bóvedas y la gente las compra por ellas. Es muy raro que quieran tirarlas".

De 300 a 500 euros

El valor de esas 1.800 bóvedas que se conservan en la ciudad es muy variado, ya que no todas tienen la misma calidad de construcción. "Su principal valor es que hoy es un elemento constructivo que no se hace", argumenta De la Calle.

La bóveda fue hasta el siglo XX el elemento más utilizado para el cerramiento de una habitación. Aunque existían también las estructuras planas con entramados de madera, el sistema abovedado era de mayor valor y calidad, exceptuando el artesonado.

Sólo algunos albañiles especializados realizan hoy en Cáceres este tipo de construcciones. Su coste puede oscilar, dependiendo de la complejidad, entre los 300 y 500 euros el metro cuadrado. Un forjado normal cuesta entre los 50 y 60 euros el metro cuadrado.

Por encima del valor económico e incluso patrimonial, para los propietarios está el sentimental. "La bóveda es el símbolo del pasado de la vivienda, de su años de historia, --afirma Carmen Delgado, vecina de la zona-- y eso no tiene precio".