En primer lugar, la correcta presión de los neumáticos. Comprobar que el coche tenga el nivel de aceite. En tercer lugar, medir el desgaste del disco, pastillas y líquido de frenos. Limpiar los filtros de aire, aceite y combustible. En quinta posición, la duración y tensión de la batería, una de las principales causas para quedarse tirado en la carretera. Los niveles del líquido anticongelante o refrigerante y el circuito del aire acondicionado ocupan la sexta y séptima posición. Por último, comprobar luces y faros de posición, de cruce y antiniebla.